La iglesia de Santa Eulalia (Olalla en gallego) de Lubre es de una
notable antigüedad. Aparece en la relación de iglesias que Alfonso
II mandó hacer al abad Tructinio en el año 830 y también se cita en
la Historia Compostelana (siglo XII). A pesar de ello y de su
aspecto arcaico, no parece ir más lejos del siglo XV en su
construcción actual.
![](http://img.geocaching.com/cache/131630ba-07e6-46a8-b561-cff0899c5887.jpg)
Es de un extraño estilo gótico tardío o de transición al
renacimiento, poco frecuente en Galicia, pero no deja de tener una
singular belleza.
Tiene una sola nave y un ábside cuadrado. Los arcos están adornados
con molduras y los capiteles tienen ligeros relieves. Tiene una
torre cuadrada y como pórtico un sencillo cobertizo delante de la
portada principal, como debían de tener la mayoría de las iglesias
gallegas, a juzgar por los soportes que se ven en casi todas las
fachadas medievales. La puerta es de arco semicircular sin más
adornos, y un óculo con boceles en la parte superior. En su
interior llama la atención la bóveda estrellada del ábside, de
cinco claves con los nervios apoyados en columnas acodilladas en
los ángulos. Posee grandes muros de piedra con enormes
contrafuertes, con lo que las ventanas son escasas y
estrechas.
Los fustes son esbeltos pero de toscos capiteles con ligeros
relieves. Se conserva alguna lápida sepulcral con escudos que
ostentan las armas de Calatrava.
Fue una iglesia refugio que libraba a los delincuentes de la acción
de la justicia.
Esta iglesia fue el templo parroquias de Ares hasta la construcción
de la de la villa en el año 1721. Todavía siguió la de Ares como
filial de Lubre, hasta su autonomía en 1868.
No hay que olvidar que la palabra lubre proviene del celta y
significa bosque o lugar sagrado. En gallego significa resplandor
de la luna.
A 150 m de la iglesia hay un castro prácticamente irreconocible. Se
trataría de un castro de recinto único de planta casi circular. Su
sencillez y poca envergadura de sus defensas no pudieron competir
con los trabajos agrícolas que, poco a poco, las fueron
derrumbando.
El caché está camuflado con el entorno.
¡¡¡Importante!!!
Cuando se encuentre no se puede forzar; hay que abrirlo solo un
poco suavemente.
Es muy importante dejar el caché como se encontró, es decir, con la
lengüeta hacia dentro y la abertura hacia abajo. Hay que llevar
algo para escribir.