La construcción del monasterio se inició
alrededor del año 950 por iniciativa de un noble de nombre Sala.
Sala estaba emparentado, gracias a su matrimonio con Ricarda, con
la familia que en ese momento ostentaba el vizcondado de Osona. La
idea original era la de que el monasterio tuviera un uso
particular. La iglesia del monasterio se consagró el día 3 de
diciembre de 972 en un acto de gran ceremonial al que asistieron
entre otros el conde Borrell II. Se conserva el acta de
consagración con una descripción detallada de esta ceremonia.[1] El
monasterio quedó bajo la dependencia directa de Roma y se dictaminó
que sus abades se elegirían entre la descendencia del fundador.
Esta prerrogativa finalizó en el 999 debido a una serie de disputas
familiares.
A partir del año 965, el monasterio albergó las supuestas reliquias
de San Valentín. Estas reliquias se encontraban en una caja de
madera cubierta con láminas de plata que escenificaban diversos
milagros del santo. Esta caja se encuentra desde 1863 en la iglesia
de Navarclés.
A
principios del Siglo XI, San Benet de Bages pasó a depender del
monasterio francés de San Pedro de Tomeras en Narbona. San Benet
recuperó su independencia en el 1108. En el año 1125, el monasterio
sufrió el ataque de las tropas musulmanas que asolaron el edificio.
Este ataque dio origen a una importante reconstrucción financiada
por los nobles de la zona que solicitaron, a cambio, el derecho de
ser enterrados en el monasterio.
La etapa de mayor esplendor económico fue para San Benet la
comprendida entre los siglos XIV y XV. La llegada de la peste negra
en 1348 que dejó al monasterio con sólo dos monjes marcó el inicio
de un periodo de declive.
A partir del 9 de noviembre de 1593, San Benet de Bages pasó a
depender del monasterio de Montserrat, dependencia que duró hasta
la exclaustración. El 22 de noviembre de 1620 se inauguró una
escuela de arte en San Benet. La idea de esta escuela era la de dar
cobijo a los numerosos estudiantes dependientes de Montserrat que
se encontraban diseminados en diversos centros. La escuela
permaneció abierta hasta 1671 y, a partir de entonces, el
monasterio sirvió como lugar de retiro de monjes
montserratinos.
El siglo XIX fue el de la decadencia definitiva del monasterio. El
convento se suprimió en 1820 y los monjes abandonaron el recinto al
que regresarían tres años más tarde con la llegada al poder del rey
Fernando VII. El abandono definitivo se produjo en 1835, año en el
que se dictó la llamada ley de desamortización que obligaba a las
órdenes religiosas a abandonar sus posesiones.
Remodelación del año 2008
El edificio abandonado fue un reclamo para los intelectuales de la
Renaixença que empezaron a organizar visitas al antiguo monasterio.
Personajes como Puig i Cadafalch o el pintor Ramón Casas
demostraron su interés por el recinto. En 1907, la madre de Casas
compró los terrenos del monasterio que pasaron a manos del pintor
en 1910. Ramón Casas encargó la reforma del edificio, muy
deteriorado por el tiempo, a su amigo Puig i Cadafalch. En el 2000,
la propiedad pasó a manos de Caixa de Manresa que la compró a los
herederos de Casas. Desde entonces esta entidad financiera se ha
hecho cargo de su conservación y restauración.
Fuente: Wikipedia.
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