El Tesoro de la Falsa Silla (Ruta 505)
(donde algunas
piedras no son lo que parecen,
según Alicia M. Canto)
Viajando con su comitiva mandó parar el carruaje real
en N40 34.328 W4 09.259. Por supuesto, no se preocupó de que ahí
estuviera prohibido. Ni eran horas para que pasara la Real
Reguladora de Aparcamientos, ni por asomo se atreverían a sancionar
a Su Majestad.
Después de quedar aseguradas las ruedas del carruaje, el Rey
descendió la pequeña escalinata del mismo y con paso firme se
dirigió por el sendero que discurría hacia el suroeste. En el claro
que enseguida se abría, descubrió en un anterior viaje una fuente
construida hacía bastantes años.
Obsesivo controlador de todo lo que se moviera en su reino, y más
de lo encargado por él mismo, había realizado ya varios viajes por
el camino que subía a la peña sacra vetona, y gustaba casi al final
del trayecto de refrescarse en dicha fuente.
Sentado, refrescándose las posaderas mientras el agua fresca le
mojaba la espalda como en anteriores ocasiones, y pensando en los
detalles de la construcción de su particular “tapón del
infierno” para culto eterno a sus antepasados, reparó en un
detalle que hasta ahora se le había escapado...
Las petrormigas!
No había tenido en cuenta a estos molestos y dañinos bichejos que
se alimentaban de granito dejando en las piedras talladas, huecos
como si fueran agujeros ciegos no más grandes de 8 cm.
Al menos en esa fuente, habían terminado su trabajo, pues según los
Visionarios Reales, había una relación directa y exacta entre la
inclinación magnética y la media de días del mes.
Con este detalle en mente, y sonriendo para sus adentros al
tener el problema minimizado, continuó el camino hacia su
“Falsa Silla” Quería mantener lo más alejado posible de
curiosos los bellos parajes de Campillo y Monesterio, donde pasaba
largas y relajantes jornadas de caza, y donde las terminaba
contemplando la evolución de su obra, desde Canto Castrejón.
Así, no dudó en mandar “decorar” ese antiguo altar de
sacrificios Celta para que el pueblo creyese que era ahí desde
donde controlaba la construcción de su anhelado
palacio.
Llegando a la elevación, donde aún quedaban algunos
trabajadores, dos grandes piezas de un antiguo mecanismo prerromano
limitan el paso a carruajes sujetando una cadena. Si realmente de
piñones se trataban, sería tan curiosa su procedencia y el número
de dientes que sumaban las dos... Suponían los Magos que era uno
más de esos números misteriosos que al Rey alegraba
manejar.
Vió que todo
estaba colocado, indicado y trabajado como él había diseñado y
ordenado. En el cartel que había mandado grabar en una placa de
bronce con desagrado le pareció observar que finalmente en ninguna
“A” habían tallado el “palito
horizontal”
A él sólo le interesaban sus palabras, nada de referencias a
“presidentuchos” ni “patrimoniejos” y
después de un minucioso estudio de las mismas, se dio cuenta que lo
que parecían uves invertidas, eran en realidad “aes”
completas. Una vez más, una sonrisa se dibujó en su cara al
comprobar que todo iba según sus órdenes.
Ascendió por la escalinata labrada en la piedra hasta
acceder a las oquedades que simulaban los asientos desde los que se
supondría controlaba las obras. Asentó su real trasero y comprobó
que tampoco era mal sitio ese. Desde allí se veía perfectamente la
fachada de los Frailes e incluso se distinguían y se podían contar
las beatas con su gablete del faldón. Este hecho le hizo gracia
(debía revisar su humor o al menos, disimularlo, pues últimamente
muchos datos que manejaba le alegraban con demasiada
facilidad)
Allí arriba pudo revisar el buen trabajo
que habían hecho los Maestros Herreros. Gran parte del metal que se
extrajo en tiempos pasados de las minas cercanas fue utilizado en
todos los “herrajes” de aquel paraje. Comprobó la
firmeza de todas las sujeciones y el agarre al granito de los
postes. Comprobó la seguridad de las cadenas que los unían y el
cierre perfecto de todos y cada uno de todos los eslabones. Ya
había revisado con anterioridad que se volviera a respetar el
número mágico correspondiente a su carta astral, pero volvió a
asegurarse que el número de piezas móviles que conformaban dichas
cadenas estuviera en equilibrio con su Destino. De nada le
sirvieron los esfuerzos por contener una sonrisa, que volvió a
iluminar su rostro.
Por último, sacó de debajo de su jubón un sextante para
comprobar una última medición.
“Debía ser igual la orientación en grados hacia el Este de
los falsos asientos, al doble de los datos (exceptuando este mismo)
que los futuros geovasallos tenían que descubrir para poder
localizar el Tesoro de la Falsa Silla”
Realizada la medida, una sonrisa que sin ton, y sobre todo sin son,
se convirtió en risa maliciosa pensando en esos pobres buscadores
dando vueltas por aquellos parajes.
“Bueno, no creo que tengan demasiados problemas en dar con
el Tesoro, en este paraje granítico y de bellos rincones. Así como
confío en la generosidad de los mismos...”
(Relato de cómo el Rey revisaba sus dominios
y como, incluso desde otra época, aún hace
que sus vasallos se muevan a su antojo)
(...por supuesto, relato geoinventado)
Sobre el
cache:
Fórmula:
- A la suma de los valores de los “datos Piedra” le
llamamos “P”
- A la suma de los valores de los “datos Metal” le
llamamos “M”
Coordenadas del cache: N40 34.XXX W4 09.YYY
- Donde XXX = M - 2P
- Donde YYY = M + P - 48
Comprobador:
Hacia el Sur del Parking de La Silla, a no más de 162 mts.
(;-)
Ten muy en cuenta las pistas (Additional Hints) pues son las
que te diríamos si nos llamas por teléfono. Así, evitas tener que
hacerlo (por si no te lo podemos coger...)
==========================================================
Después de ser revisado, no recordamos qué tiene en su
interior. Pero aún conserva la esencia del primer momento, pues es
un cache que está en "mantenimiento contínuo"
Te rogamos dejes el contenedor tal cual lo has encontrado,
asegurándote también que queda bien cerrado, pues la estanqueidad
está un poco comprometida.
No creemos que sea peligroso el recorrido propuesto, si bien
la parte final puede ser delicada para menores. No vemos
impedimento alguno en que ellos participen, pero sí aconsejamos la compañía y
vigilancia de adultos.
Esperamos que este
cache os entretenga y os resulte agradable tanto como ha sido para
nosotros a la hora de proponerlo. Cerca de la Silla de Felipe II ya
hay algún cache bastante más didáctico a todos los niveles, y que
también enseñan la zona con preciosos recorridos propuestos.
Pero nosotros le hemos querido dar un enfoque imaginario e
inventado, y eso es algo que tendrás que recordar durante la
realización de este cache. Todo puede ser verdad o mentira. Todo
puede ser inventado o no... Todo puede ser lo que parece, o
no...
Buena búsqueda!!
Contribuimos con este cache al turismo por la bella "Ruta
505", a la cual estamos estrechamente ligados.
Te pedimos por favor, que seas respetuoso con el Medio
Ambiente.
Es lo que nos queda.
Por favor, en tus
logs, procura no dar pistas ni indicaciones que ayuden claramente a
llegar al contenedor.
Serán borrados sin previo aviso aquellos logs en los que se
facilite información clara y expresa para localizar el
contenedor.
Muchas gracias!
|