EL SELLO
DEL VITRUVIO
En mi habitual paseo por las universidades, suelo dejar mi mente a su aire y me hace pasar un rato delicioso, en el paseo de hoy la mente ha iniciado su labor recordándome el gran enigma que en mis años de universidad estuvo a punto de dar al traste con mis estudios, recuerdo como empezó todo. Fue aquí en la puerta del vicerrectorado, yo estaba mirando la esfera de metal que adorna su puerta cuando la voz de Diserpiero me asusto, -te sorprendería saber como toda forma de la naturaleza está diseñada de tal manera que el numero áureo siempre se esconde en su EL interior,- dicho esto se presento y a partir de ese momento cambio el rumbo de mi vida. Fue él y su fraternidad (los discípulos de Da Vinci) los que me iniciaron en la búsqueda del sello del Vitruvio, una imagen en la que Leonardo había descubierto el numero áureo y su importancia en la naturaleza, Me enseño la serie de Fibonacci y la forma de escribir de Leonardo, (que no era otra que escribir del revés de derecha a izquierda, como él hacía en sus códices) también me explico como descifrar la clave para localizar el sello, que consistía en localizar lugares y fijarse en ciertos números para luego colocarlos de forma especial y así conseguir la formula que te lleva al lugar donde se encuentra el sello. Fue tal el interés que en mi causo que me dedique en cuerpo y alma a la búsqueda del sello, dedique tanto tiempo que no vivía para otra cosa. Pero tuve que abandonar la búsqueda al saber que Diserpiero estaba alejando a los demás compañeros de mí, me vigilaba en todo momento, una noche entro en mi habitación, se sentó y me dijo.- Jamás cuentes nada de los secretos de nuestra fraternidad, lo que te he enseñado debe quedarse en tu cabeza nunca debe salir de tu boca.-Esa noche llegue a sentir miedo, decidí alejarme de la fraternidad, cosa que no fue fácil, tuve que entregarles toda la información que había recopilado durante ese trimestre y así conseguí que Diserpiero dejase de amenazarme, aunque no dejaba nunca de vigilarme así que decidí trasladarme a otra universidad y empezar de nuevo en otra ciudad. Pero hoy, después de tantos años, me pica la curiosidad, aun recuerdo la formula y los números que faltan, así que voy a ir en su busca. Esta decisión hace que un escalofrío recorra mi columna vertebral haciéndome sentir de nuevo temor de hacer algo que no debo, aun así estoy decidido a descubrir los números que faltan.
Camino desde el vicerrectorado unos cincuenta metros hacia el Norte y giro a la izquierda llego al archivo municipal, es un edificio de ladrillo rojo, su entrada principal tiene grandes puertas de madera y sobre ellas unos arcos de hierro forjado (NUMERO DE ARCOS= A) sigo por el paseo y llego a la facultad de letras, fue en una de sus aulas donde pregunte a Diserpiero por su nombre y supe entonces que lo eligió por el padre de Da Vinci (Ser Piero) cosa que no me sorprendió, su vida estaba dedicada desde hacía mucho tiempo a Leonardo. Estoy tan absorto en mis pensamientos que sin darme cuenta he cruzado la calle y ya me encuentro en la facultad de farmacia, de pronto veo una figura tras la cristalera de uno de los miradores, (creo que mi mente me está jugando una mala pasada, es imposible ,no puede ser el, no puede ser Diserpiero) (NUMERO TOTAL DE MIRADORES EN TODO EL EDIFICIO = B ) de nuevo un escalofrío recorre mi espalda, decido girar a la izquierda y tomo un paseo, en el veo una curiosa escultura , el árbol para aunar a las ciencias, su formas geométricas me recuerdan las palabras de Diserpiero hablándome del numero áureo o proporción áurea y como aparece en el ser humano, decía que las personas nos parecen más atractivas cuando en la estructura de su cuerpo aparece la divina proporción, Diserpiero siempre se fijaba en las manos e intentaba ver la distancia de las falanges y calculaba su medida para ver si tenían la proporción adecuada, lo imagino mirando esta escultura, intentando hallar la dichosa proporción. Veo más adelante una plaza con bancos de madera, decido descansar un momento, sentado en uno de ellos, me llama la atención un gran árbol, tras él está la puerta trasera de la universidad de ingeniería , también veo una figura masculina que parece empujar una barra de hierro, me acerco y descubro que es una escultura de metal, decido regresar al paseo y veo al final de este la biblioteca del campus, que me ofrece como por arte de magia poesía en su fachada, mis ojos se quedan fijos en su recorrido, atraviesa toda la fachada, intento buscar en esas palabras la clave, pero no la encuentro ahí, lo que busco es un numero fibonacci, mis ojos cansados bajan la mirada hacia la entrada y es entonces cuando veo el numero (esta vez es capicúa) se encuentra en la placa de la entrada (AL NUMERO TIENES QUE RESTARLE 11= C
Otro dato que necesito A + B = D
Ahora que tengo la formula por seguridad la tengo que escribir al revés, siento de nuevo la sensación de que me vigilan y no soy capaz de seguir, creo que nunca tendré la suficiente valentía para localizar el sello.
Aquí dejo el resultado de mi paseo, pero no solo para ser leído, es necesario que una persona sea capaz de localizar el sello.
Seas quien seas, te deseo mucha suerte, y no lo olvides, ten cuidado ya que te estarán vigilando....
http://www.youtube.com/watch?v=Hlhm0w2wVIY
|