Hay noticias de esta ermita en
1564, en que figura como ermitaño un tal Fray Bartolomé de Trujillo
y en 1589 1591, en que se hicieron algunas obras en los techos y en
la casa del santero. Ubicada en un pintoresco paraje a 3 Km. del
pueblo. Como en la parroquia de San Sebastián, hay una sola nave
con arcos transversales apuntados, aunque resulta de proporciones
más estrechas y por ello se acentúa el efecto de verticalidad..
Unos poyos de ladrillo, un público de impresionante sencillez y el
total encalado de paredes y arcos dan al conjunto una estampa
rústica y austera , Pese a su mayor sencillez, incluso a su
carácter rústico, tiene el interés de conservarse en su estado
original sin grandes cambios, viéndose aún su techumbre de madera
con vigas. La cabecera cuadrada y abovedada, se debe, no obstante,
a obras posteriores, de época barroca. Emerge como un torreón
prismático al final de la ermita, cuyos exteriores quedan envueltos
por las dependencias de la Cofradía titular y por un pórtico
delantero. Bajo éste se abre una portada en arco tan apuntado como
los del interior.