LA FLECHA DE
REBOLLO (BARCELONA 92)
Sin duda uno de los momentos mágicos de Barcelona 92 fue el
encendido de la llama olímpica a cargo del arquero paraolímpico
Antonio Rebollo.
Fue un momento largo y
tenso que nos emocionó a todos y que aun tenemos clavado el
la retina:
Epi cruza la marea de atletas como último
portador de la antorcha olímpica, se planta en medio del
escenario y alza su brazo mostrando el fuego olímpico a los 4
puntos cardinales. A continuación entra en escena el arquero
Antonio Rebollo portando su arco armado con una flecha. Epi
acerca la antorcha a la punta de la flecha de Rebollo y esta
empieza a arder. Rebollo, mostrando su clara minusvalía, se
prepara meticulosamente, apunta, tensa su arco y
dispara.
La flecha sale disparada
hacia el Pebetero, mientras todos contenemos la respiración.
¡Su vuelo se nos hace muy lento, como temiendo que esta no
alcance su destino!.
Millones de personas están
pendientes de este momento y no podemos fracasar. ¿Qué pasa
si Rebollo falla en su disparo?, ¿Cómo quedaremos ante el
mundo entero que nos contempla frente al
televisor?.
Pero Rebollo no falló. Su
flecha dio en el blanco y la llama olímpica prendió en
el Pebetero.
El mundo quedo impresionado
y se rindió ante el certero disparo del, hasta entonces
desconocido, atleta paraolímpico Antonio Rebollo.
Sin duda su hazaña
estableció un antes y un después en la originalidad de las
ceremonias inaugurales de los Juegos Olímpicos.
ASI LO VIMOS TODOS:
ÉXITO
PLANIFICADO
Un momento como este, tan
arriesgado, no admitía ningún fallo. La credibilidad de
Barcelona estaba en juego y no nos lo podíamos
permitir.
Lo que más tarde supimos es
que este momento mágico estaba planificado a la perfección,
de tal forma que su éxito estaba asegurado de
antemano.
Por esto no es de extrañar
que las televisiones ofrecieran las imágenes del disparo
utilizando un solo plano, con el
objetivo de no evidenciar el “truco” que garantizaba el éxito
del disparo.
La realidad, y aquí está el
secreto, es que la flecha no tenía que caer dentro del
pebetero como todos creímos y nos hicieron ver. Sino que la
flecha tenía que pasar por encima del pebetero en un perfecto
vuelo parabólico, atravesar una columna de gas que lo prendía
para acabar cayendo en un área prevista fuera del estadio
olímpico.
AQUÍ ESTAN LAS IMÁGENES, ESTO ES LO QUE
NO VIMOS:
LA LEYENDA “NO OFICIAL” DEL DESTINO DE
LA FLECHA.
Las malas lenguas dicen que no todo salió a la perfección y que la
flecha nunca llego al destino previsto fuera del estadio
olímpico.
Cuentan que una Paloma,
asustada por el repentino fogonazo que se produjo al prender
el pebetero, huyo del lugar a toda velocidad y tuvo la mala
fortuna de rozar con la flecha de Rebollo desviándola de su
trayectoria prevista.
Por suerte la Paloma no
resulto herida pero la flecha se perdió y nadie, de los que
estaban allí esperando para recogerla, la
encontró.
CACHE “LA FLECHA DE
REBOLLO”
Quince años después, dando credibilidad a esta leyenda, me propuse
encontrar la Flecha de Rebollo y, en su honor, esconder un cache en
ese lugar.
No era tarea fácil ya que
apenas disponía de datos.
Sólo tenía las coordenadas
del Pebetero (N 41º 21.967 y E 2º 09.361) y nada más. ¿Por
dónde empezar?
Se me ocurrió que si
conseguía averiguar la posición que ocupaba Rebollo dentro
del Estadio Olímpico quizás obtuviera algún dato más, como el
lugar exacto en que estaba previsto que cayera la
flecha.
Así, con toda
decisión, fui a hablar con Rebollo. Este se mostró muy
ilusionado con el proyecto y me facilito la siguiente
información:
“Tenia una marca en el suelo que me
indicaba el lugar exacto que tenía que ocupar a la hora de
efectuar el disparo. Fue un disparo perfecto. La flecha llegó
a su punto más alto justo en el momento que pasaba por encima
del pebetero y luego inició el descenso para acabar,
presumiblemente, cayendo justo al lado opuesto y a la misma
distancia de la que había entre mi y el pebetero. Creo
recordar que las coordenadas del punto marcado en el suelo
desde el que yo disparé eran: N
41º 21.928 y E 2º 09.357. Justo en el punto opuesto, en el
que estaba previsto que cayera la flecha, estaba situado mi
amigo Juan Valdes para recogerla. Si hablas con el quizás te
pueda ayudar”
Bien con estos dos datos ya
podía calcular las coordenadas exactas del lugar en que
estaba previsto que cayera la flecha que, a su vez, era la
posición que ocupaba Juan Valdes.
Fui a hablar con Juan
Valdes para ver que información me podía dar. Esto es lo que
me dijo:
“Fue un momento emocionante pero a la vez caótico. La flecha se
dirigía hacía mi con toda precisión cuando, a mitad de camino entre
el pebetero y mi posición, la flecha rozó con una Paloma y se
desvió de su trayectoria. Recuerdo que la vi caer a 110º de mi
posición pero no te puedo determinar a que distancia ya que era de
noche. Nunca la encontramos”.
Bien, tenía otros dos datos
muy interesantes: que la flecha se desvió justo a medio
camino entre la posición de Pebetero y la de Juan Valdes y
que esta cayó rumbo 110º desde la posición de Juan
Valdes.
Como no sabia a que
distancia había caído la flecha tuve que agudizar mi ingenio
y entonces se me ocurrió que si conseguía encontrar a la
persona que estaba justo debajo en el momento en que la
flecha rozó a la Paloma quizás esta me podía indicar que
dirección tomo.
Dicho y hecho, puse un
anuncio en la prensa buscando a testimonios de los hechos con
el objetivo de encontrar una persona que estuviera a 36
metros del pebetero y, a su vez, justo debajo de la paloma en
el momento en que esta rozó con la flecha. (El dato de los 36
metros no lo publique ya que lo iba a utilizar para verificar
la validez del testimonio).
Tuve centenares de
respuestas pero solo una de ellas decía que estaba y debajo
de la paloma en el momento del impacto. Como si de una
premonición se tratara el nombre de esta persona era muy
peculiar, se llamaba Juan Palomo.
Cite a Juan Palomo frente
al pebetero y, para comprobar que era el testigo adecuado, le
pedí que se colocara en la posición que ocupaba aquella
noche. Sin dudarlo se coloco en su sitio y dijo: “aquí estaba
esa noche, estoy seguro”.
Sorprendentemente ¡Su
posición era exacta!. ¡Justo a 36 metros del Pebetero y
también a 36 metros de Juan Valdes!. ¡Era la persona que
estaba buscando!.
Entonces le pedí que me
describiera lo que vió y me dijo esto:
“Justo en el momento
en que la flecha pasaba por encima de mi cabeza esta rozo con
una Paloma, je,je,je, y se desvió de su trayectoria. Se fue
para allí”.
Al ve su brazo levantado le pedí que se estuviera quieto para tomar
la dirección a la que señalaba este. Mi GPS me indicó Rumbo
100º.
¡Este era el dato
definitivo!. Con el ya podía calcular el lugar exacto donde
cayo la FLECHA DE REBOLLO.
Y así fue. Hice los cálculos
pertinentes y conseguí hallar la FLECHA DE REBOLLO. Ahora esta está
en mi poder y en su lugar he colocado un Microcache para que todos
podáis contar que habéis estado en el lugar exacto donde cayo la
flecha con la que quedaron inaugurados los JUEGOS OLIMPICOS
BARCELONA 92
NO COLGAR
FOTOS SPOILER. GRACIAS
Nota del autor: Cualquier parecido con
la realidad es pura coincidencia.