sentado en un lugar verdaderamente privilegiado, sobre la cota 418
m, la más alta de la Campiña que lo circunda, el castillo de Espejo
se erige en el escaparate más emblemático y universal de esta Muy
Leal Villa. Se levanta a finales del siglo XIII, a partir de las
conocidas como Torres de Pay Arias, aunque lo más antiguo que se
conserva no es anterior al siglo XV. Consta en la actualidad de un
recinto almenado de gruesísimos muros flanqueados de cuatro torres
esquineras, igualmente almenadas y gruesas. Dispone de un patio
central (interior) de grandes arcos, todo perfectamente visible
pese a que dos de sus lados fueron cegados en la centuria
decimonónica con ladrillos y ventanales para proteger de los
elementos las galerías circundantes. En el subsuelo del patio se
encuentra un antiguo y espacioso aljibe para recogida de agua de
lluvia, con un pozo lateral de elevación.
A muy superior altura del conjunto arquitectónico, sobresale la
poderosa Torre del Homenaje, con gruesos mensulones de un antiguo
matacán. Se trata de una impresionante mole de piedra, desde la que
se divisa un contorno deslumbrante, apreciándose desde ella no
menos de siete poblaciones a su alrededor. A la cúspide de esta
torre señera se asciende por una estrecha y empinada escalera de
piedra en caracol que data sin duda desde su construcción. A
diversos niveles de su ascensión se abren dos amplias cámaras cuyo
destino se ignora.
Frente al bloque principal del castillo, en el extremo opuesto
del albacar, lugar donde se refugiaba el ganado en caso de asedio,
también utilizado como patio de armas, aparece una torre albarrana
de menor altura y asimismo almenada, conocida como “Torre del
Caballero”. Dicha torre fue concebida probablemente como
lugar de vigía y una defensa exterior más por el flanco sur, donde
la roca, como afirma Ramírez de Arellano debió ser bastante
escarpada y de difícil acceso. En uno de los laterales del interior
del patio de armas, existió una gran alberca o depósito exterior
abierto, para acopio de agua, que desaparece en los años cuarenta
del siglo pasado, con ocasión de habilitar dicho espacio para la
instalación del buffet ofrecido con motivo de la boda de la actual
y XXVII propietaria del castillo de Espejo, doña Ángela María
Téllez-Girón y Duque de Estrada Fernández de Córdoba.
La tradición oral mantiene que desde ciertos lugares del
castillo o de su inmediato entorno parten galerías subterráneas de
escape con desembocaduras lejanas, lo cual no es descabellado, pues
estos túneles de liberación- como afirma don José Mª de la Torre,
Marqués de Montezumo y Duque de Osuna, - eran habituales en este
tipo de edificaciones defensivas. El caso es que hoy se ignoran sus
posibles localizaciones, ya que, además, las supuestas galerías
están ciegas al menos en sus bocas. No obstante, hay una excepción
y es la que partiendo del aljibe, cuya boca está tapiada, mas es
detectable, desemboca en las afueras de la población, en concreto
en el recinto romano de la Albuhera.
Poco queda de la construcción primitiva del nombrado Pay Arias,
que en todo caso permanece oculta bajo los trabajos de
revestimiento, pues, a juicio del ya citado Ramírez de Arellano con
quien coincide Dionisio Ortiz Juárez, las construcciones actuales
no son anteriores al siglo XV y las principales pertenecen a su
último tercio. En la actualidad, la fachada que da entrada a la
fortaleza está profusamente decorada con ventanas geminadas de
elegante traza, aunque poco coherente con el estilo arquitectónico
militar del conjunto. Sobre el dintel de la puerta de acceso al
interior del edificio aparece en azulejos la imagen del Sagrado
Corazón, sin duda en el lugar que en principio debió estar ocupado
por el escudo de armas en piedra, acorde con el contexto de la
edificación.
Con todo, el castillo de Espejo ofrece hoy una estampa
bellísima. Se trata de uno de los pocos ejemplos en que este tipo
de fortificaciones han sido restauradas y convertidas en
habitables, como ocurre con los de Montemayor y Almodóvar del Río,
por referirnos a ejemplos cercanos, lo que ha permitido que
afortunadamente podamos todavía gozar de su señera presencia.
(Miguel Ventura Gracia.)
Información extraida de Portal
Espejo
Para llegar al cache no es
necesario entrar en el interior del castillo.
horarios para la visita.