Aquí podemos descansar y refrescarnos para proseguir el camino por el que de manera habitual paseaban con Jara y por el que también transitan un montón de vecinos de la zona para poder disfrutar del bosque situado en esta cara sur del monte de Ezkaba
La caza del grillo era un pasatiempo muy emocionante durante la infancia de nuestros mayores;
<< Consistía en agazaparnos en las proximidades del “canto de un grillo” y cautelosamente acercarnos a su madriguera, poquito a poquito, teníamos que pararnos de vez en cuando, pues el bichejo, cuando oía ruidos dejaba de cantar, pasados unos instantes proseguíamos la búsqueda hasta que localizábamos su “madriguera” .A partir de este momento comenzaba el “ataque”, con una pajita hurgábamos en el agujero hasta que salía, no siempre teníamos esa suerte, entonces aplicábamos otra “técnica”, que consistía en “orinar” en la madriguera hasta que salía. ¡Qué pasa!, ¿No habéis hecho ésto alguna vez?
Imaginémonos el chasco que se llevaría el susodicho bicho, cuando le entra por la puerta un “tsunami”, teniendo que salir a la superficie como puede para no ahogarse, y ahí le esperan unos “secuestradores” que le meten en una jaula y...>>
Después de localizar el lugar donde se encuentra el caché, si queréis atraparlo, tendréis que tener en cuenta, que la técnica de la “pajita”, en este caso no funciona, pues este “grillo” no anda, así que tendréis que utilizar, inexorablemente la otra técnica de la “caza del grillo”, si no es así, “no lo conseguiréis”. ¡¡A ver cómo os las arregláis!!