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Historia
El origen de este castillo se encuentra ligado a Fernán
Pérez Andrade, quien se enfrentó al prior del monasterio de Santa
María de Sobrado, fray Esteban Sejas, a causa de su construcción.
El prior se negó a la construcción del castillo, llegandose a
paralizar las obras del mismo por este motivo. Dos años después de
su construcción, en 1379, el monarca castellano Juan I unió al
condado de Andrade el señorío de Villalba y El Ferrol. Este
castillo jugó un papel muy importante durante las revueltas
irmandiñas, tras las que quedó prácticamente destruido. En el siglo
XVII perteneció al conde de Lemos, cuyo escudo se
encuentra en uno de los muros de la fortaleza. Pasó después a la
casa de Lerma y a la de Alba, que lo restauró en el siglo
XIX.
Fases de Construcción
El castillo de Andrade es el resultado de obras realizadas
en distintas épocas. La mayor parte de la fortaleza que actualmente
puede contemplarse, comenzó a construirse en el año 1369,
concluyendo dicha obras en 1377. Fue construido sobre las ruinas de
un antiguo castillo cercano a la parroquia de San Martín de
Andrade, posiblemente del siglo XIII. Denominado a partir del siglo
XIV como alcázar de los Andrade, fue prácticamente reedificado tras
su destrucción en el año 1467 a causa de las revueltas irmandiñas.
En el siglo XIX conoció una profunda restauración, realizada por el
arquitecto Tenreiro, encargado de las obras por deseo del duque de
Alba y conde de Andrade, propietario del castillo.
Personajes Históricos
Fue el conde de Andrade, Fernán Pérez el Bueno, valido de
Enrique II de Trastámara, rey de Castilla, quien ordenó la
construcción de este castillo en 1369. Obtuvo el territorio por
donación del monarca en agradecimiento a los servicios prestados
durante la guerra civil mantenida con su hermanastro, Pedro I el
Cruel. Parece ser que fue precisamente en este castillo en donde se
refugió Enrique de Trastámara cuando huía de su hermano tras un
enfrentamiento bélico.
Fernán Pérez de Andrade es, según algunas leyendas, quien
pronunció en Montiel: Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor,
palabras tradicionalmente atribuidas a Dugesclin. En el siglo XV,
el castillo de Andrade fue un importante puesto defensivo durante
las guerras irmandiñas, siendo atacado por Alonso de Lanzós. Hecho
prisionero éste junto a sus seguidores, fue trasladado a los
subterráneos de este castillo, en donde pereció. Según la leyenda,
después de haber permanecido cien días encerrado en una oscura
mazmorra sin ver la luz del día, fue enterrado vivo, de pie y en el
interior de un muro de 3 metros de espesor, después de haberle sido
amputada la mano derecha al igual que al resto de los jefes
irmandiños encarcelados.
Descripción y características
Las reducidas dimensiones de este castillo muestran
inequívocamente su carácter estratégico. Su planta se adaptada al
escabroso terreno en el que se asienta, constituyendo su escarpada
situación una de las defensas naturales más efectivas en caso de
ataque. Posee una planta rectangular, midiendo 38 por 25 metros el
cuerpo principal, más otros dos rectángulos más pequeños y
adyacentes que dejan entre ellos un patio de tres alas con 13
pilares de piedra. Cierra el cuarto lado un muro con tres arcos
apuntados, fechados en el siglo XV. De esta fecha son también el
arco conopial de la puerta de la gran torre y la escalera de la
misma. La puerta de entrada está situada a levante, enmarcada por
dos torres cuadradas que destacan de la muralla. También sobresale
el conjunto flanqueado por el escudo familiar. La escasez de sus
almenas le da un aspecto pobre. Lo más destacado y visible del
castillo de Andrade es su torre del Homenaje, a la que se accede
tras cruzar el patio de armas, de 140 metros cuadrados, en uno de
los ángulos del recinto. Su planta es cuadrada, se levanta hasta
unos veinte metros de altura y tiene dos metros y medio de grosor.
Dispone de tres pisos, el superior con almenas destinado a
vigilancia, el intermedio destinado al alojamiento del señor como
casa palacio. Dispone además de una planta subterránea, excavada en
la peña sobre la que se asienta el castillo y que fue utilizada
como prisión. La torre está cubierta por una bóveda de sillería y
finaliza en una cornisa de modillones y una moldura gótica. Los
vanos son escasos. Estuvo rodeada de un foso con su puente
levadizo, que aumentarían su imponente aspecto. Del foso se pueden
apreciar hoy día algunos restos en el flanco sur y este. Entre los
muros se abre la única puerta que tenía la fortaleza. Según recoge
la tradición existía un pasadizo que comunicaba la torre y el
Palacio de los condes de Pontedeume.
Materiales de construcción
El material utilizado, no solo en sus muros, sino también
en sus torres, es el sillar, bloques de piedra perfectamente
labrada y colocada en sillares alineados y ordenados de forma
precisa. Los materiales proceden de los alrededores.
Heráldica
El castillo tiene varios escudos correspondientes a los
distintos linajes que lo fueron ocupando a lo largo del tiempo. De
los siglos XVI y XVII conserva el escudo del conde de Lemos, y en
el acceso al recinto, emarcando la entrada, el escudo del conde de
Andrade.
Estado de conservación
Las guerras que se desarrollaron en estas tierras dejaron
una evidente huella en este antiguo edificio. Por ello, a partir de
la guerra de la Independencia, el conde de Andrade afrontó su
restauración. Actualmente se encuentra en aceptable estado de
conservación, aunque medio derruido. Se ha limpiado todo el
contorno, lo que permite rodear la construcción fácilmente y ver
las grandes rocas sobre las que se alza.
Propiedad y uso
Es Monumento Nacional desde 1924, siendo el primero de la
provincia de La Coruña en alcanzar este status.
Visitas
Información en el teléfono (981) 430 090, fax (981) 430
004.
Protección
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto
de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio
Histórico Español. Desde el emplazamiento de esta fortaleza se
puede contemplar una fantástica panorámica del estuario del
Eume.
Información obtenida de
www.castillosnet.org
El caché
Es un “túper” rectangular con la tapa roja, que
inicialmente contiene:
• Hoja de bienvenida
• Logbook con lápiz
• Neceser de viaje
• Dos esponjas
limpiazapatos
• Set de dos lápices, afila,
goma, portaminas y repuestos de minas
• Gafas de sol con
funda
• Espejito para bolso
• Concha recogida en Cartaya
(Huelva)
• Tarjetero piel “Caixa
Galicia”
• Castaña de la suerte
• Gorro de tela
Buena búsqueda.
Nota: El castillo es un
lugar bastante visitado (especialmente en verano), por favor, sed
discretos al coger el caché.
Gracias. |