Convento de los Padres
Capuchinos (El Pardo)
El
Convento de los Padres Capuchinos o Convento de Nuestra Señora de
los Ángeles (conocido popularmente como el Cristo de El Pardo, por
la imagen que allí se venera) es un convento fundado a principios
del siglo XVII y regentado desde entonces por la Orden de los
Hermanos Menores
Capuchinos.
Se
encuentra en el Monte de El Pardo, a pocos kilómetros del pueblo
del mismo nombre, dentro del término municipal de Madrid
(España).
Historia
El
convento, ubicado en lo alto de una colina y rodeado de pinares y
encinares, se fundó bajo los auspicios de la monarquía española,
que, desde la Alta Edad Media, mostró un especial interés por el
paraje, dada su riqueza cinegética. Se debe al impulso del rey
Felipe III, que lo mandó levantar en
1612.
La
primera construcción se concibió de un modo completamente
provisional. En el año 1615, el arquitecto Juan Gómez de Mora
proyectó el edificio definitivo, pero las obras no comenzaron hasta
1638. Se concluyó en 1650, inaugurándose oficialmente el 9 de
octubre del citado
año.
Esta
estructura es la que ha llegado hasta nuestros días, si bien con
importantes transformaciones, acometidas tras los deterioros
sufridos durante la Guerra de la Independencia y, posteriormente,
la Guerra
Civil.
La
iglesia del convento, advocada a Nuestra Señora de los Ángeles,
quedó derruida con la invasión napoleónica y tuvo que ser
reconstruida por completo. Su planta actual se debe a un diseño de
Isidro González Velázquez, ejecutado entre 1830 y
1833.
Su
función actual es la de seminario seráfico capuchino, con el nombre
de Seminario de Misiones, donde se forman alrededor de doscientos
seminaristas.
Valores
artísticos
En lo
que respecta a la escultura, la iglesia del convento guarda, en una
capilla lateral, el llamado Cristo de El Pardo, una escultura
policromada en madera del siglo XVII, tallada por Gregorio
Fernández, que representa a Jesucristo en posición
yacente.
Según
la tradición, fue encargada por Felipe III, tras el nacimiento de
su heredero. La imagen estuvo originalmente en Valladolid, pero el
monarca ordenó trasladarla a su actual emplazamiento en el año
1615, donándola al convento. Se encuentra en el interior de una
urna acristalada, obra del orfebre Félix Granda, costeada, en el
siglo XX, por el dictador Francisco
Franco.
El convento
destaca principalmente en el terreno de la pintura y de la
escultura. Arquitectónicamente, su lugar más sobresaliente es la
iglesia, cuyo interior está presidido por un lienzo de Francisco
Ricci, una de sus piezas artísticas más
relevantes.
En
este cuadro, situado en el altar mayor, se representa a Nuestra
Señora de los Ángeles, con San Felipe a su derecha y San Francisco
a su
izquierda.
Hasta
el siglo XIX, el convento albergó una importante colección
pictórica, de aproximadamente quinientos cuadros, casi todos
donaciones reales, que fueron expoliados, en su mayor parte, por
las tropas napoleónicas durante la Guerra de la independencia. En
la actualidad, solamente se conservan algunas obras de José de
Ribera, Bartolomé González y Lucas Jordán, además del ya citado
Francisco Ricci.
También
tiene cierto interés artístico la imagen de La Divina Pastora, obra
de Mariano Bellver.
Sobre el caché poco que añadir.
Es un nano, de los nano de toda la vida
, pero no os debería dar ningún
problema encontrarlo.
Recordar que tenéis que llevaros un lapiz, que no boli, para
registraros.
Que disfrutéis del lugar ¡ ¡ ¡
Saludos.
Román
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