CRISTO DE CATALAÍN
La ermita del Cristo de Cataláin es uno de los
monumentos emblemáticos de la Valdorba. Situada al sureste de
Pamplona, a escasos 20 Km. de la misma. Para llegar aquí hemos de
llegar hasta Garínoain y desviarnos hacia el este, en dirección a
Leoz. Apenas a 1 Km. a nuestra derecha a pie de carretera nos
recibe su esbelta espadaña, más propia del románico castellano.
Las llaves las prestan en Garínoain con
amabilidad en casa de Jesús el sacristán, no muy lejos de la
parroquial.
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Es templo de una sola nave,
orientado y rematado a oriente por ábside de tambor. A su costado
sur se adosan una serie de edificaciones situadas a distintos
niveles, al parecer restos de un antiguo monasterio y edificaciones
de servicio. Destaca de entre ellas una nave alargada en paralelo
al templo de la que asoman varios arcos fajones apuntados
(Imagen 2). En la cabecera del templo, el cilindro absidal
luce tres alargados ventanales de medio punto, con una arquivolta
de baquetón, capiteles decorados y columnillas (Imagen 3).
Abundan las marcas de cantería por sus sillares. Alguna de ellas ya
vista en el lugar de Eunate. como la cruz con sus extremos
decorados.
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Cuatro pilastras-contrafuerte de
sección cuadrada refuerzan el arranque absidal hasta el inicio de
los ventanales. Acaban en disminución en altura, con una basa en su
extremo que debió de recibir columna ascendente hasta capitel bajo
la cornisa... Pero no llegaron a erigirse. En altura, una colección
ce canecillos de esquemática pero cuidada hechura sustentan la
cornisa (Imagen 8).
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Las imágenes 5 a 7 muestran algunos de
los capiteles que decoran los ventanales absidales. Aves
picoteándose las patas, al estilo de lo visto en Sos del Rey
Católico de la mano del Maestro Estéban; pero mucho más sencillas
estilizadas y evolucionadas en este caso. Otras se afrontan por el
dorso juntando sus picos en la esquina del capitel. Y también un
mono agarrado al collarín del capitel y amarrado con cuerda al
cuello que nos contempla con ojos más propios de buho que de
simio.
Sobre el primer tramo de la nave se debió de
erigir en su día una bóveda con linterna octogonal, quizá al modo
loarrés. En la actualidad lo visto es moderno, de ladrillo rehecho
probablemente por derrumbe de la original.
