Es muy habitual encontrar figuras de Don Quijote y Sancho Panza por las tierras en las que cabalgaron juntos, pero en esta ocasión, cuando me acerco al lugar donde se alza esta talla, echo de menos a alguien. ¿Lo adivináis?
¡¡¡Le falta Sancho!!!
No se dónde esta el escudero de este Caballero Andante
belicoso, tan tenso como el alma de un loco. El Quijote no debe cabalgar sin su escudero, lo necesita cerca. Como al gato su cascabel, tiene que tener cerca la contrafigura que exalta la figura del alucinado Caballero, lanza en mano.
Por algo ilustran ambos la pareja más contradictoria y más humanamente complementaria de la historia. El escudero no solo se ocupa de las necesidades del cuerpo y que al Caballero le importan bien poco cuando no es hora de comer, Sancho es también el que le advierte que los molinos son molinos cuando lo son de verdad, y no gigantes aunque el Quijote los vea, y que chocar con ellos implica rodar por tierra. A este Quijote le han dejado sin su parte racional, sin su mitad cuerda. Esto hace que en él se presenten puros los aspectos irracionales del hombre. Por eso es el loco el tipo más indicado para ahondar en el misterio. Dicho con otras palabras: la auténtica realidad es irracional y cuanto más irracional sea el sujeto, mejor la podrá conocer.
En el loco, en el hombre auténticamente loco, no existe duda ni remordimiento. Libre de las trabas y ataduras de la razón, se siente empujado por una fe, por una llamada interior, por una voz que le llega de la divinidad y le mueve a gloriosas hazañas. Sin embargo, los demás no oyen esa voz y por eso, se ríen de él. El héroe es objeto de burlas, escarnios y humillaciones. El héroe es un solitario, un incomprendido. Tan sólo eso: un pobre loco.
Pero como la voz que le viene de sus entrañas también existe en los demás, aunque apagada por el estruendo de la lógica, llega un momento en el que las multitudes sienten en su inconsciente colectivo un eco que resuena a la palabra del héroe y la locura se contagia, se extiende a todo el pueblo, que sigue su llamada con lo cual la locura deja de serlo.
Si la locura se convierte en algo normal, en algo colectivo, ya no es tal locura. Don Quijote es un héroe solitario, pero es también la personificación del pueblo español, que ha escuchado su voz.
Don Quijote y Sancho Panza, encarnan los dos tipos del alma española, el idealista y soñador, que olvida las necesidades de la vida material para correr en pos de inaccesibles quimeras, y el positivista y práctico, aunque bastante fatalista.
"la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres".
Aquí queda este Hidalgo Caballero, ausente de cordura, buscado cada día y cada anochecer en el horizonte, la llegada de su parte racional, de su otra mitad que lo complementa.
El Caché:
Es un micro con el libro de registro. Te ruego dejes el caché tal y como lo encontraste, y no me refiero solo a la ubicación del mismo, sino también al complicado e ingenioso sistema de extracción del libro de registro. jeje
¡¡¡¡¡¡¡¡NO OLVIDES LLEVAR LAPIZ O BOLI PARA PLASMAR TU FIRMA!!!!!!!!!!