El badland de Purullena
Se trata de un sistema formado por movimientos de placas terrestres que provocaron el hundimiento de esta zona, dando origen a una fosa tectónica. Esta depresión, con el paso del tiempo, se fue rellenando de materiales, blandos en su gran mayoría como arcillas y limos. Debido a la escasa vegetación, a las lluvias de tipo torrencial frecuentes en la zona y al arrastre de materiales, fue creándose un paisaje de barrancos, regueras y profundas zanjas denominadas cárcavas. Estas peculiares formaciones de tonalidades marrones, ocres, verdes y oscuros constituyen un conjunto de gran atractivo visual.
La Hola de Guadix fue una cubeta sedimentaria rodeada de sierras en donde, a lo largo de los últimos ocho millones de años, se acumuló un importante volumen de sedimentos provenientes de la erosión de los relieves circundantes, en ambientes marinos, lacustres y fluviales. El último de esos niveles, originado por extensos sistemas de abanicos aluviales, supuso la colmatación de la cuenca sedimentaria. Debido a ello, y a la forma extensa y plana de los sedimentos, se le llama "glacis de colmatación". Sobre este nivel comenzaría a instalarse las primeras redes de drenaje de la cuenca. Las primeras redes de cauces y ramblas.
Hace unos 100.000 años, la depresión, hasta entoces cerrada y endorreica (es decir, sus cauces no desaguaban al mar sino al interior de la propia depresión) se abrió hacia la cuenca del Guadalquivir por el oeste, por lo que hoy conocemos como el rio Guadiana Menor, en el que desemboca el actual río Fardes. A partir de este momento el proceso dominante sobre los blandos sedimentos de relleno de la depresión es la erosión. La red de drenaje se encaja muy rápidamente y comienza a modelarse el actual paisaje erosivo. Que a día de hoy continúa con el encajamiento progresivo de los cauces y el ensanchamiento de los valles.
Estos paisajes son conocidos con el término badlands o malas tierras, ya que no son aprovechables para la agricultura.
El caché
Situado a escasos metros de la zona de aparcamiento e igualmente próximo a los miradores, que aunque están habilitados con barandas y mallas de protección, se recomienda extremar el cuidado con los niños.
Vistas de Marchal, Baños y Graena.