Para llegar al caché tenéis que ir a Mirabueno (Guadalajara) que esta pegado a la salida 107 de la A2. Cuando lleguéis a este maravilloso pueblo, preguntáis a los lugareños por el Mirador, que se encuentra muy cerca de la majestuosa Iglesia de la Virgen de Mirabueno, del siglo XVI que es el templo de una sola planta más grande de la comarca. Si tenéis tiempo seguro que alguién del lugar no le importa abriros la iglesia para enseñarosla, ¡¡merece la pena!!.
Al llegar al MIRADOR comienzan las primeras vistas del valle del río Dulce y que no dejaréis de ver durante toda la caminata. Desde el mirador y dejando el pueblo a la izquierda (hacia el Oeste) salen dos caminos que luego se unen y que os llevarán hasta el caché, en la Muela del Horno. Si cogéis el camino de la derecha pasaréis por las bodegas del pueblo y luego tenéis que subir un poco hasta que estéis en las rocas. Si cogéis el camino de la izquierda iréis por arriba y tendréis que bordear una parcela para continuar con el camino. El camino (menos de 1Km) solo se puede recorrer a pie y va bordeando el valle entre chaparros, enebros, sabinas y rocas... Si lleváis camará de fotos y prismáticos podéis ir haciendo paradas entre las muchas panorámicas que os ofrece.
El camino se hace rápido y enseguida se llega a la Muela del Horno. Allí podréis disfrutar de las vistas de la carretera de Sigüenza (CM1101), con Mandayona a la derecha y el monte de los Sotillos a la izquierda. Para llegar hasta el caché teneis que bajar unos 20 metros hacia la derecha siguiendo el pico. Antes de llegar a un pequeño claro, el caché está escondido a los pies de unas rocas que sobresalen, siempre con Mandayona al fondo.