Las coordenadas iniciales corresponden a la biblioteca Central de Cantabria. ¿Qué mejor lugar para aprender sobre nuestra mitología?
Cuentan que antes de que Santander fuera capital, antes de que la capital fuera ciudad… había una anjana que cuidaba de la gente del por aquel entonces pueblo. Pero de esto hace ya mucho… ¡pues que ni se llamaba Santander ni ná! Eran gente que cuidaba de ovejas y vacas, artesanos que hacían albarcas y cayados, pescadores y agricultores.
Las anjanas son seres menudos, hermosos y bondadosos. A diferencia de los ojáncanos, siempre enfadados derrumbando árboles y cabañas… o los culebres, siempre con hambre atrapando a los niños malos en sus torcas. Las anjanas sin embargo viven para ayudar a la gente, son hechiceras a veces también llamadas brujas, amadas por todos los animales de los bosques, hablan con los pájaros y con las aguas de los arroyos. Todos los días limpian las fuentes, bendicen los rebaños de los pastores buenos, curan los árboles secos y rezan sus hechizos para ahuyentar a los seres malignos como el Roblón, la Osa de Andara, la Monuca, el Basilisco o el Cuegle.
Las anjanas también se transforman, a veces son una mendiga y a quien le ayude o le dé, aunque sea un pedazo de borona, los echa bendiciones. Si no le das limosna te perdona, porque ellas… ¡que son todo bondad! Pero no te aliviará, aunque pases muchas necesidades. Otras veces son un animal herido, y si le cuidas y le das cobijo te llenarán de riquezas.
Pues en el pueblo había un pastor, un mozo joven que era buena persona. Daba lana de sus ovejas a las ancianas sin dinero para que se hicieran zamarras y mantas para el invierno, y repartía leche y quesucos de rebaño a los que les faltaba para comer. Pero un día al pastor le empezaron a desaparecer ovejas, un día una… al otro otra… y así ya más de una semana. Así que el pastor entró un día al bosque, pero muy adentro… ¡que ya no se veía nada! A buscar a la anjana y que le ayudara. Entre la oscuridad vio una luz y se le apareció la anjana, con el pelo suelto, largo y castaño, con una picaya en la mano, con zapatos de piel parda, vestido ligero y parecido a la gasa blanca, ojos verdes y una corona de flores en su delicada cabeza, y le pidió:
"Anjana de la compasión
alíviame el corazón
dame un pocu de consuelu
del que diz bajas del cielu
dame un pocu de alegría
en las horas de esti día
dame un pocu de la miel
y haz de la pena estiel
Anjana de la güena suerti
las mis penas son de muerti
dame tu la bendición
y alíviame el corazón."
La anjana vio la bondad en el muchacho y le dijo “No hay súplica sin merced, ni virtud sin regalo, ni lástima sin remedio, ni amargura sin alivio cuando la invocación es sincera”.
Tan buena persona era el pastor… ¡pues que la anjana se enamoró de él! Y eso no les está permitido a las anjanas. Si se enamoran de un mortal, significa renunciar a su esencia.
La anjana se convirtió en lobo pa poder mezclarse con los lobos de verdá que estaban matando a las ovejas del pastor y espantarlos para siempre del pueblo. Y así lo hizo, espantó a los lobos pero cuando volvió al pueblo para dicirle al mozo que ya no tendría más problemas y podría vivir siempre con ella, la gente del pueblo la vieron… ¡que aún tenía forma de lobo! Y soltaron a los perros para perseguirla pensando que era el que había estau matando a las ovejas de su amigo. La anjana cuando intentó convertirse otra vez en ajana no pudo, porque al enamorarse del pastor ¡pues que perdió sus poderes! Y se tuvo que quedar así, en forma de lobo, para siempre huyendo de los perros.
Y aquí termina la historia……….
Pero yo me negué a que la historia terminara así para la anjana… ¡pues con lo buenas que son! Así que decidí buscar a ver dónde se podía haber estado escondiendo tantos años. Y después de mucho buscar llegué al bosque de la historia, era demasiado espeso y apenas podía avanzar, me había perdido, estaba desesperado y empezaba a caer la noche… oí unas risas y una sombra cubierta de hojarasca, musgo y ramas apareció delante de mí… me encontré temblando de miedo, pero… ¡¡para mi asombro era un trenti!! Un duende bondadoso y travieso que ayuda a la gente perdida en los bosques. Éste me dijo, “¿Te has perdido? Jijiji… Tranquilo, ella te ayudará.”… ¿Ella?... Me quedé con la boca abierta. Me acercó a una cueva, antaño conocida por estar habitada por una ojáncana. Y allí me encontré a una loba, de color blanca pura y ojos verdes… me asusté, ¡claro que me asusté! Pues si era una loba enorme… pero no tardé en darme cuenda de que era la… ¡la anjana! Se había refugiado allí porque a nadie con dos dedos de frente se le ocurriría buscarla donde vivía una ojáncana (salvo a mí, por lo visto). Por suerte para mí ésta ya hacía mucho tiempo que no habitaba la cueva. La loba aulló… ¡creo que intentaba hablar conmigo! Y al ver que no entendía nada me señaló una pared de la cueva donde pude ver que alguien había escrito lo siguiente:
“Deberás conocer a Las brujas Montañesas y sus típicas características al Norte de FL - 29 - GAR,A – mit”
“Podrás encontrar a La loba y los perros al Oeste de FL - P - rom"
“Encontrarás allí el hechizo para volverme anjana de nuevo.”
No lo entiendo… ¿Qué significa? Estoy muy confuso… Si pudiera resolver el enigma y encontrar el hechizo podría devolver los poderes a la anjana. Necesito tu ayuda, deberás resolverlo por mí, dicen que quien lo resuelva y devuelva a la anjana, ésta en recompensa le hará feliz hasta la hora de su muerte.
