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Posyaque Traditional Geocache

Hidden : 9/21/2018
Difficulty:
2 out of 5
Terrain:
1.5 out of 5

Size: Size:   micro (micro)

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Geocache Description:


Posyaque
Google Traductor (online)

- Resumen
- Abstract
- Introducción
-Las primeras observaciones meteorológicas
-La construcción del Observatorio de Izaña
- El caché
Resumen
El Observatorio del Teide, también conocido como Observatorio de Izaña, pertenece al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y junto con el Observatorio del Roque de Los Muchachos forman el conjunto observacional del Observatorio Norte Europeo. Está localizado en el macizo de Izaña, a 2400 metros de altitud, en la isla de Tenerife. Es considerado por la Comunidad Científica Internacional como uno de los observatorios más importantes del mundo.
Abstract
The Teide Observatory, also known as the Izaña Observatory, belongs to the Institute of Astrophysics of the Canary Islands (IAC) and, together with the Observatory of Roque de Los Muchachos, forms the observational group of the Northern European Observatory. It is located in the Izaña massif, at 2400 meters above sea level, on Tenerife island. It is considered by the International Scientific Community as one of the most important observatories in the world.

Introducción
Tenerife, la isla más grande del archipiélago canario, es un territorio de enorme interés científico desde hace ya largo tiempo y, más particularmente, desde que Alexander von Humboldt la visitara y realizara en ella diversas experiencias científicas en julio de 1799. Su singular emplazamiento geográfico y sus elevadas cumbres la configuran como un lugar ideal para las observaciones meteorológicas y astronómicas, destacando por ello en la historia de ambas disciplinas científicas. En los primeros años del siglo XX, la comunidad meteorológica europea manifestaría un decidido interés para establecer un observatorio permanente en las cumbres de la isla. La segunda parte de este artículo se refiere a la construcción y fundación del observatorio de Izaña, cuyo origen se vio envuelto en arduas y novedosas negociaciones en un período histórico convulso, anterior a la primera guerra mundial.
Las primeras observaciones meteorológicas
Las islas Canarias fueron colonizadas por la corona castellana a lo largo del siglo XV, y muy pronto se constituyeron como un lugar estratégico en la ruta marítima hacia las Indias. Con el desarrollo del comercio en la era moderna, muchos europeos visitaron las islas y se establecieron en sus principales poblaciones. Desde el comienzo de este período, Tenerife y el pico del Teide formaron parte de todos los libros y guías de viaje, así como de diferentes tratados de naturalistas, marinos y geógrafos. De tal modo que, antes del año 1600, muchos de ellos consideraban al Teide como la cumbre más alta del mundo. El antecedente científico más antiguo del que existe conocimiento en nuestra isla, data del año 1645. La Real Sociedad de Londres requería entonces un permiso al embajador de España en Gran Bretaña, para que dos miembros de aquella sociedad se desplazaran a las cumbres de la isla para “medir el peso del aire”. Recuérdese que sólo dos años antes, Evangelista Torricelli realizaba las primeras medidas con el barómetro de su invención.
En 1735 Hadley, otro científico británico, teniendo en cuenta la latitud subtropical de la isla de Tenerife, explicaba la dinámica de la atmósfera según la componente vertical, considerando la rotación terrestre, para acabar estableciendo lo que se ha denominado la “Célula de Hadley”, como un factor determinante en la circulación general de la atmósfera.
En junio de 1799 Alexander von Humboldt ascendía al Teide tomando medidas de la temperatura del aire y de la presión atmosférica, además de otros estudios acerca de la flora y la vegetación isleña. Él fue el primero en determinar la altitud del mar de nubes –en verano sobre 1150 m– y sus principales causas: la humedad de los vientos alisios del NE y el efecto orográfico de la isla. Aunque, dado que no realizó una serie de medidas intermedias, no pudo constatar la inversión del alisio.
Charles Darwin arribó a Tenerife con la expedición del “Beagle” el 6 de enero de 1832. Pese a ello, no le fue posible desembarcar debido a los rumores de que el barco era portador de una epidemia de cólera originada en Inglaterra. No obstante, Darwin aprovecha la ocasión y data la recogida y medida del diámetro de partículas de polvo y la importancia del viento procedente del Sáhara en la climatología de las islas.
En 1847 los científicos franceses Arago y Desperray realizaron un proyecto para el establecimiento de un observatorio en Tenerife con el apoyo del naturalista Sabin Berthelot, cónsul de Francia en la isla. El interés del proyecto, a decir de las palabras de Berthelot, radicaba en su posición cercana al trópico, en la altura de sus montañas y en la pureza del aire para la realización de excelentes observaciones. Son muchos los científicos que visitaron el Teide para realizar trabajos al respecto, Leonardo Torriani, Edmund Halley, Charles Piazzi Smith, Felix Maria von Exner-Ewarten, Ralph Abercromby, Alexander Cornu,  Knut Angström algunos  de esos representantes de la ciencia.
La construcción del Observatorio de Izaña
Los nuevos métodos para la observación de la alta atmósfera mediante globos cautivos y cometas aerostáticas fueron desarrollados a finales del siglo XIX, y muy pronto las campañas científicas llegaron a la isla de Tenerife, atraídas por su emplazamiento y orografía. El primero y más destacado de aquellos pioneros fue el profesor Hugo Hergesell, catedrático de la universidad de Berlín y director del Observatorio de Lindenberg y presidente de la Comisión Internacional para la Aerostación Científica (CIAC).
La expedición de 1908 fue patrocinada por el gobierno y la casa imperial de Alemania, usando para ello buques de la marina de guerra alemana. El catedrático Hugo Hergesell disfrutaba de la protección del Kaiser Guillermo II, y era un estrecho colaborador del conde Fernando de Zeppelin, otro de los pioneros de la aeronáutica alemana.

En octubre de 1911 una comisión científica se desplazó a la isla de Tenerife con el propósito de buscar el emplazamiento más apropiado para el futuro observatorio. Encontró para el mismo la montaña de Izaña, en la cumbre de la dorsal del noreste, que divide la isla en dos partes marcadas por la presencia de amplios valles, a 2367 metros sobre el nivel del mar. El anterior y primer observatorio alemán de Las Cañadas del Teide, fue diseñado y emplazado en la altiplanicie cercana de Guajara para el estudio de la climatología local. Como vino a demostrarse años más tarde, con el enlace aéreo Sevilla-Buenos Aires encargado en 1920 a la Compañía Transmediterránea, el interés original del gobierno alemán, encabezado por Hugo Hergesell, era estudiar las características meteorológicas y la idoneidad del terreno para aprovecharse como aeródromo para zepelines.
El proyecto del observatorio de Izaña fue presentado a la CIAC en la conferencia de Viena de 1912 por el nuevo director del Servicio Meteorológico, José Galbis, quien participó activamente en el proyecto. Tras un cúmulo de interminables retrasos, de orden administrativo, político y económico, el observatorio fue inaugurado el 1 de enero de 1916, desarrollando desde entonces su actividad sin apenas ninguna interrupción.

En el año 1964 fue instalado el primer telescopio profesional en el lugar. Inicialmente ligado exclusivamente a la Universidad de La Laguna, en 1975 con la creación del IAC pasa a depender de este organismo y a internacionalizarse en 1979 con la firma de los tratados de cooperación entre varios países. En 1985 tuvo lugar la inauguración oficial de las instalaciones del IAC, entre ellas la del Observatorio del Teide. En esos años y posteriores se instalaron diversos telescopios de varios países como el IAC-80 (1991), primer telescopio desarrollado y fabricado completamente en España en los laboratorios del IAC en La Laguna.
La pureza del cielo de Canarias y sobre todo de Tenerife hace del Observatorio del Teide uno de los mejores enclaves del mundo para estudiar el Universo. La calidad de imagen es excelente y las condiciones climatológicas y geográficas son idóneas para la observación astronómica, porque se forma una capa de nubes debajo del observatorio y así se evitan las molestias por la contaminación lumínica. Actualmente, el Observatorio del Teide en Tenerife, el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma), los observatorios de Mauna Kea y Haleakala (Hawái) y La Silla y Paranal (Chile), constituyen los observatorios de referencia para la instalación de futuros telescopios.
El caché

Su ubicación fue descubierta gracias a nuestra afición a las “lluvias de estrellas” las Perseidas, en este caso, llevamos bastantes años acudiendo la noche del 12 al 13 de agosto. Como llegamos con la luz del día, aprovechamos para sacar fotos de la flora y fauna autóctona. Vimos la edificación en ruinas y nos acercamos a curiosear. Nos llamó la atención el triángulo equilátero y su perfecta orientación, por lo que deducimos que antaño tuvo alguna función relacionada con la astrofísica, aunque no tenemos certeza de cual fue su uso. Como buen geocacher seguro que descubrirán cual es la orientación de dicha forma geométrica. Estando en el lugar, recordé una charla organizada por la Asociación de Amigos del Museo de la Naturaleza y el Hombre impartida por Emilio Cuevas Agulló y Fernando de Ory y Ajamil en el MNH. Agradecemos especialmente a Frenando de Ory la labor que ha realizado, pues gracias a sus publicaciones hemos podido extraer la información aquí suministrada.

Por favor dejen el contenedor en las mismas condiciones en que lo encontraron, oculto a simple vista. Sin firma no hay registro.

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Additional Hints (Decrypt)

Ire fcbvyref

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)