La prolongación de la Avenida Diagonal desde la Plaça de les Glories hasta el mar ha dado lugar a la construcción de los más variopintos edificios, edificios singulares con su lenguaje propio y sin la más mínima intención de dialogar con el entorno.
Estos dos edificios que muestran su fachada más anodina y brutal en la fachada a la Avenida Diagonal, parecen dialogar y luchar entre si, con unas singulares esquinas en la fachada posterior, con sus estilizados filos de espadas se encaran frente a la calle Bolívia en una zona en construcción.