A pesar de estar en el centro de la ciudad y ser uno de los mayores símbolos de Vigo, el Castillo del Castro es un gran desconocido para muchos vigueses.
El Castillo del Castro o Castillo de Santa María do Castro se empezó a construir alrededor del 1656 en el pico del Parque del Castro, donde tiempo atrás estaba ubicado un antiguo castro y los restos del castillo do Penço de la Mitra Compostelana y la ermita de Nuestra Señora del Castro. Este es el punto de origen de la ciudad de Vigo, el lugar donde los primeros pobladores se asentaron y crearon lo que conocemos hoy en día como Vigo. Fue un asentamiento estratégico desde los primeros poblados castreños de la época prerromana y de nuestros ancestros los celtas.
Las obras de construcción del Castillo se realizaron al únisono a las murallas y el fuerte de San Sebastián. Las obras fueron realizadas con distintos estilos (tapial, mampostería y sillería) y el principal objetivo fue la de defender la cuidad del ataque de piratas ingleses y de los portugueses, tras el estallido de la guerra de independencia de Portugal. La fortaleza del Castro es de reducidas dimensiones y es del tipo fuerte abaluartado, fue construido por los ingenieros hermanos Grunenberg.
En el 1665 se remata el primer recinto del Castillo del Castro, y en 1667 el segundo cinturón a modo de falsa braga. Posteriormente se realiza en el 1670 una primera muralla y una segunda (que era de tierra). En el 1724 se le construyó un cuartel de infantería para 250 soldados.
A lo largo de su vida, la fortaleza fue testigo de invasiones de piratas ingleses y turcos, la invasión de los franceses y de la gran Batalla de Rande. Fue destruido primeramente por los ingleses en 1719 y luego de su reparación en 1809 sufre otra vez daños importantes resultado la invasión de los franceses y de la posterior reconquista por parte de la población viguesa. De la fortaleza se conserva baluartes, revellines, baterías y algunos cañones de la época.
En 1934 el gobierno cede al Ayuntamiento de Vigo los terrenos del Monte del Castro, a excepción de la fortaleza, que seguirá siendo una posición militar durante cuatro décadas más. Con el estallido de la Guerra Civil Española, el Castillo del Castro vivió nuevamente hechos dramaticos: el fusilamiento entre 1936 y 1942 de 136 personas afines al bando republicano ante sus muros (desde 2010 un monolito recuerda a las víctimas de estos crímenes). En el 1964 el Ejército español cedió el Castillo del Castro al Ayuntamiento de Vigo y en 1966 el alcalde Rafael Portanet ordenó el derribo de la histórica ermita de Nuestra Señora del Castro y de los cuarteles que había en el interior del primer recinto.