- Castillo de Pioz
Situación
El castillo de Pioz se
encuentra en un extremo de la población del mismo nombre, provincia
de Guadalajara, sobre una elevación en meseta.
Historia
La historia de Pioz es muy
escasa en acontecimientos. Esta pequeña aldea perteneció, desde
finales del siglo XI en que posiblemente se fundó tras las
iniciativas castellanas de repoblación, al Común de Villa y Tierra
de Guadalajara. Fue de señorío real hasta que, mediado el siglo XV,
el rey Juan II de Castilla entregó el lugar en dote a su hermana
Catalina, cuando ésta casó con su primo, el infante de Aragón Don
Enrique. Pero este mismo Rey, pocos años después, se lo quitó
alegando que su cuñado le movía guerra, y lo entregó en donación
generosa a su afecto cortesano Don Iñigo Lopez de Mendoza, primer
marqués de Santillana. A la muerte de éste en 1458, pasó a su hijo
predilecto, el que fuera gran Cardenal de España, Don Pedro
Gonzalez de Mendoza, quien enseguida inició la construcción de un
castillo, en el que muy posiblemente deseaba plasmar las ideas que
sobre castillos-palacios tenía recibidas de Italia.
En 1469 el entonces obispo
de Sigüenza propuso al noble castellano Alvar Gomez de Ciudad Real
un trato, consistente en el cambio de su villa de Pioz con el
iniciado castillo, los lugares de El Pozo, los Yélamos y algunos
otros enclaves de la Alcarria, por la fortaleza y villa amurallada
de Maqueda. Aceptado en trato Pioz pasó a las manos de la familia
de los Gomez de Ciudad Real, que continuaron la construccion del
castillo, completándole tal como hoy lo vemos en los años finales
del siglo XV.
Descripción
El castillo de Pioz es un
castillo de llanura, dominante de amplios horizontes y visto a su
vez desde lejanas posiciones en la plena meseta de la Alcarria. Se
encuentra rodeado de un hondo foso que los siglos han ido
rellenando. Por la parte meridional, tenía la entrada habitual y
principesca: dos machones cilíndricos fuera del foso servían para
que apoyara el puente de madera, levadizo, que se dejaba caer desde
el correspondiente hueco abierto en la barbacana de la fortaleza.
Por la parte septentrional, una estrecha puertecilla a modo de
poterna permitía la entrada, o salida, del castillo directamente
sobre la profundidad del foso. Es el mejor acceso hoy para entrar a
la fortaleza.
El muro externo de la
fortaleza es enormemente grueso, construido en escarpa poco
pronunciada, que ha sufrido con mayor crudeza el expolio de sus
piedras. Culmina en muralla poco elevada, con almenas y adarve al
que se accedía por escalerillas desde el camino de ronda. Se
completa con torreones esquineros cilíndricos en los que podían
albergarse piezas de artillería.
El recinto interior es de planta cuadrada, con altos muros lisos
en los que, a la altura de los pisos interiores, se abren algunos
ventanales amplios. El resto del paramento solo tiene estrechas
saeteras. En las esquinas del castillo se alzan torreones de planta
cilíndrica, rematados en leve moldura.
En la esquina noroeste se alza la torre del homenaje, de irregular
planta, cuadrada por un lado y circular por otro. Para entrar en
esta torre, debía hacerse a través de otro puente levadizo, de los
de tipo de brazo con contrapeso y eje central, complicado sistema
que hacía muy segura la torre, a la que luego debía aún ascenderse
a través de escalera de caracol interior.
Estado de
conservación
Se encontraba en estado
ruinoso, hasta que fue adquirido por el pueblo para proceder a su
restauración y uso público.
Propiedad y
uso
Es propiedad del
Ayuntamiento de Pioz.
Visitas
El acceso al exterior es
libre.
Desgraciadamente, se puede
comprobar en este paraje que algunos animales de la especie porcina
son bastante mas limpios que muchos seres humanos.
Todas las descripciones de los castillos proceden de CastillosNet
http://www.castillosnet.org