Originalmente…LVCVS AVGVSTI - Puente Romano
El Puente Romano sobre el río Miño, destruido parcialmente con las invasiones bárbaras y muy modificado en el transcurso de los siglos XII, XIV, XVIII y XIX, da nombre al lugar en donde se encuentra (Barrio da Ponte) y en tiempos fue entrada principal a la vieja Lugo romana siendo preciso pagar peaje para cruzarlo.
En esta época formaba parte de la vía XIX del itinerario de Antonino que unía Lugo con la capital romana Bracara Augusta (actualmente Braga) a través de un recorrido de 450 Km, llevando a los viandantes galaicos y romanos por lo que hoy sería la Calzada da Ponte hasta la actual Porta Miñá, puerta principal de la ciudad antigua desde donde se iniciaba la vía principal o decumanus máximo que transportaba al caminante directamente al foro, centro urbano, religioso, político y cultural.
Hoy en día el puente romano de Lugo tiene 104 metros de longitud y una anchura de cuatro metros, aunque en trabajos actuales de restauración se ha descubierto que el puente romano original (construido a comienzos del siglo I en sillería y esquisto) tenía un ancho de siete metros, el doble de lo que mide actualmente. En dichas tareas de rehabilitación se ha descubierto también que el tajamar del puente (parte añadida a los pilares para dividir en dos la corriente del río) era semicircular, lo que lo emparenta con el puente de Mérida de la misma época.
En la actualidad el acceso de vehículos se ha restringido convirtiéndose en zona peatonal.
Una curiosidad sobre el río que por este puente pasa es que precisamente en el Miño fue extraído por primera vez para la minería el llamado minio o plomo rojo. Su nombre proviene del latín minium, pues así llamaban en la antigua Roma al cinabrio mezclado con óxido de plomo que extraían en sus posesiones de Hispania, siendo las minas principales las que se encontraban justamente en el río Minium.
El término minium terminó designando sólo al mineral de óxido de plomo que iba pegado al cinabrio y que desde la antigüedad era usado como pigmento rojo. Molido hasta convertirlo en polvo se emplea para fabricar pintura antioxidante para metales que van a permanecer a la intemperie. Del minium empleado como componente de la tinta más habitual para la iluminación de códices medievales deriva además el término 'miniatura'.
El caché es un contenedor pequeño situado en el tramo final del denominado Paseo do Miño, desde donde puede admirarse esta magnífica construcción romana recientemente restaurada. Inicialmente contiene una hoja de registros, un lápiz afilado (es recomendable llevar bolígrafo), una concha recordatorio FTF, un muñeco de plástico, un marcapáginas, una chapita, un frasco con arena de la playa de la Malvarrosa y una pulsera de goma.
¡¡ Buena suerte y buena caza!!