La Puerta de Capitel data de la época almohade. Fue levantada en el S. XII y es una de las más sobresalientes de la Alcazaba árabe de Badajoz.
Esta entrada responde al típico modelo en recodo, tan utilizado por los almohades para dificultar el acceso de posibles invasores al interior del recinto. Este recurso defensivo consistía en que una
vez franqueada la entrada el asaltante se encontraba en un patio interior, teniéndose que girar y afrontar una segunda puerta que, en caso de enfrentamiento bélico lógicamente se encontraría cerrada, situación que los defensores aprovechaban para aniquilar a los atacantes desde las almenas de las torres albarranas que coronan la puerta.
La construcción es una verdadera lección de arquitectura árabe. Presenta un precioso arco de herradura fabricado con sillares de granito, donde se aprecian con claridad las dovelas, impostas, salmer y todos los elementos de este tipo de construcciones musulmanas. Sobre él luce, embutido en la mampostería del segundo cuerpo almenado, un capitel romano de orden corintio reaprovechado, que da nombre a la puerta. En la esquina aparece una columna de mármol como material de refuerzo. Aún se conservan las quicialeras marmóreas donde encajaban las hojas de las puertas. Tras el arco se extiende una bóveda de cañón que da al patio abierto, en cuyo frente se halla una bóveda de nervios, abriéndose a la izquierda la segunda portada que da acceso mediante unos escalones al interior. Esta es de construcción más sencilla, alternando dovelas de granito y ladrillo.
La elegancia y el porte de la Puerta del Capitel hacen de ella un magnífico ejemplo de este tipo de realizaciones en la España árabe y sirve de referencia arquitectónica en otras alcazabas del país, dándose la curiosidad de que en el cuidado Alcázar de Jerez de la Frontera se cita a estas entradas de la Alcazaba de Badajoz como modelo de "entradas en recodo".