"Per una flor perfumada
que al cap li va caure un día,
la Delicà de Gandia encara mor, marejada
per el pes de la fantasía".

Cuenta la leyenda, que hace ya varios siglos vivió en la Ciudad Ducal una guapa y joven doncella. La "Parca" vino a verla un día en el que, al pasar cerca de la Colegiata, un pétalo de jazmín cayó sobre su cabeza. Se ganó a pulso su "delicadeza" ya que toda la comarca supo que había pasado a mejor vida por haberle "rozado" una flor; nadie podía pensar que se trataba de un frío y pétreo jazmin en forma de rosetón enorme de la fachada de la Seu, que aplastó a la pobre "Delicà".
Actualmente la frase se utiliza con una intención ácida y crítica a una mujer o incluso a un hombre demasiado remilgado o tiquismiquis hacia algo. La alusión a este hecho por medio de frases o dichos se puede oír por toda Valencia e incluso se ha dejado plasmar en poemas y piezas teatrales.
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