Tras un corto pero encantador paseo por el PR-CC-105, llegamos a un lugar especial: el cauce del Tajo se estrecha mucho y aparecen los restos de dos estructuras superpuestas. Poca información hemos podido encontrar de ambas, así que lo que sigue no es más que una mera elucubración bienintencionada.
La más antigua de las estructuras parece que fue un cargadero de mineral de las minas de Zarza la Mayor. Tal vez fosforita u otros minerales ricos en fosfatos. De hecho, en Zarza existen unas antiguas minas (Mina de La Paloma) donde se encuentran buenas muestras de cacoxenita. Nos han contado que también saldrían hacia Lisboa, Tajo abajo, las lanas procedentes de los batanes cercanos (como el situado en Los Barruecos). La llegada del ferrocarril perjudicó el transporte fluvial, como ocurrió en muchas otras zonas.
Hay que tener en cuenta que el Tajo ha sido navegable hasta la construción de las actuales presas, aunque cuando era un "río libre" su navegación solía ser muy peligrosa, ya que las avenidas eran frecuentes e impetuosas...
Sobre el túnel que conducía el mineral hasta la superficie del agua se construyó posteriormente una estructura que serviría para medir el nivel de las aguas y que formaría parte de la estación de aforos que podemos visitar unas decenas de metres más adelante. Todavía quedan restos del cable de acero que cruzaba el río de orilla a orilla. La fecha que figura en el edificio de la estación es 1936.
Muy cerca del escondite permanecen las huellas de lo que fue un campo de tiro, tal vez de pistola, en el muro norte de un edificio anexo al muelle.
