La Cruz de Santiago es una cruz latina de gules simulando una espada, con los brazos rematados en flor de lis y una panela (heráldica) en la empuñadura.
Se dice que su forma tiene origen en la época de las Cruzadas, cuando los caballeros llevaban pequeñas cruces con la parte inferior afilada para clavarlas en el suelo y realizar sus devociones diarias.
Las tres flores de lis representan el honor sin mancha, que hace referencia a los rasgos morales del carácter del Apóstol.