La combinación de amarillo, rojo y morado es el adorno preferido en el cementerio de Paterna (Valencia). Son los colores de la bandera de la II República, y están en las flores de los parterres y de las macetas, y en las bandas de tela que adornan las tumbas. Es la muestra de la particular historia de este lugar, una de las fosas comunes más grandes de España, con 2.238 personas enterradas entre arena y cal viva.
Paterna reunía, según el historiador Vicente Gabarda, autor del estudio más completo sobre los “fusilamientos en el País Valencià”, todas las condiciones para ser el lugar donde ejecutar a los represaliados. “Estaba cerca de Valencia, era un pueblo pequeño y tenía un cuartel militar”.
Como resultado, sus habitantes pasaron años oyendo de lejos los tiros de las ejecuciones. Los militares traían a los presos de las dos cárceles que había en ese momento en la ciudad, los llevaban a un paraje cercano llamado “el Terrer”, y allí los mataban. Después, llevaban los cadáveres al camposanto.
Entre los sepultados hay personas de toda clase social -desde ministros de la República a labradores- y procedentes de numerosos puntos del país. Esta variedad le ha valido el sobrenombre de “Paredón de España”. En este link podrás consultar la procedencia de la gran mayoría de estas personas que perdieron la vida en este muro.
http://paredonpaterna.es/
Dejando a un lado los posicionamientos ideológicos, la visita al lugar debe servir no solo para encontrar un geocache, sino para hacernos reflexionar sobre nosotros mismos.
Sobre el caché: Contenedor atractivo