Oña
Es una villa situada en la zona noreste de la provincia de Burgos, (Castilla y León). La N-232 que atraviesa la localidad, la comunica con Burgos en 68 Kms., Logroño y Santander en 100, Bilbao a 90, Vitoria a 75 y Miranda de Ebro a 50 Kms. Su privilegiado entorno natural; su rico e inigualable patrimonio cultural, fruto de un deslumbrante pasado; su adecuada infraestructura de servicios; su cuidado casco urbano, etc, lo convierten en uno de los principales reclamos turísticos de la provincia de Burgos.
El jardín secreto
’La llave’ gigantesca de hormigón teñido de Carlos Armiño, apoyada en el muro, junto a la ‘Gran Cerradura’ que Luis Mena ha colocado en el viejo portón de los carros, nos permite entrar en un recinto que no se resigna a morir víctima del abandono. A lo largo de los siglos, el edificio y su huerta cercada han sido monasterio benedictino, convento de jesuitas, colonia agrícola para vagos y maleantes, hospital militar, centro psiquiátrico, residencia de ancianos… y ahora un grupo de artistas entusiastas quiere rescatarlo del olvido convirtiéndolo en un espacio permanente de exposición de obras de arte contemporáneo al aire libre.
“El jardín secreto” invita al descubrimiento, a un paseo de sorpresas, ojos que miran, cerraduras que abren puertas, experiencias que invitan a ir más allá, a otro lugar.
Senda de los frailes
Este recorrido por el sendero exterior de la casa del parque de Oña, que hemos bautizado como “senda de los frailes” porque nos lleva tras los pasos que en su día dieron los benedictinos del monasterio de San Salvador por el monte, la huerta y los jardines de su propiedad, puede hacerse con niños y durante cualquier época del año por su baja dificultad.
Dentro del itinerario se encuentran unos estanques cuya agua brota del manantial de Valdoso. Los estanques fueron mandados construir por el abad Diego de Liciniana en el año 1516 para recoger y embalsar el agua de este manantial. El estanque más grande era utilizado por los monjes para pasearse en dos barcas de remos con las que se desplazaban de un extremo al otro. El segundo estanque comunica con el canal junto a un paseo de tilos y frutales y el tercero repartía el agua destinada a las necesidades del monasterio: alimentar las fuentes y el lavadero, así como accionar un batán y varios molinos. Otro de los estanques, ya desaparecido, era una balsa donde se criaban anguilas. Uno de los principales atractivos de los estanques eran las truchas, tan abundantes y confiadas que acudían a la mano de los monjes para recibir el cebo que les echaban.
El caché
Es un tupper mediano y su contenido inicial es: lápiz, logbook, cochecito, chapa y un travelbug. Se encuentra en una zona apartada, cerca de la gruta dedicada a San José, donde también hay un par de mesas para almorzar o descansar. Desde aquí se puede completar la ruta circular que nos llevará hasta la ermita de Santo Toribio, el mirador, las huertas y la muralla china que las rodea hasta regresar a la casa del parque.
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