Alain Maurice Jonsson es considerado un mártir del ecologismo. Camarógrafo independiente nacido en Boulogne-Billancourt (a las afueras de París), viajó a Monfragüe en la primavera de 1979, junto a su compañero Gérard. A la hora de la siesta del 24 de abril de 1979, los dos franceses caminaban entre el puente Nuevo y el del Cardenal cuando vieron caer al agua a un ave, probablemente un cernícalo o un halcón. Alain pidió a su acompañante que le atara a la cintura una cuerda de quince metros que llevaba y que la sujetara desde la orilla para poder lanzarse a rescatar al animal. Al comprobar que no llegaba, le ordenó que soltara la cuerda. Al poco, el cuerpo del joven francés se sumergió bajo las aguas del río Tajo, en un tramo con corriente y una profundidad aproximada de treinta metros. Su amigo, que no sabía nadar, fue al coche a buscar la rueda de repuesto para lanzársela y que se agarrara a ella, pero no llegó a tiempo. Cuando bajó el río dos meses después se encontró, cerca de donde está ahora esta fuente, el cuerpo sin vida del francés con la cuerda todavía atada a la cintura.