“¡Uf! Parece que ayer se me hizo un poco tarde al final con esos jeroglíficos…
¿Qué hora es?”
Miras el reloj y ves que hoy ya no vas a desayunar… En fin, mejor será ponerse en marcha y seguir con tus avances con esa reliquia de Sankara.
Te das una ducha y al salir oyes que llaman a la puerta.
Te acercas y ves en el suelo un paquete envuelto, a tu nombre. Miras a los lados pero en el pasillo ya no hay nadie.
Al abrirlo ves una carta de tu padre:
Ponte tu fedora de aventurero, coge tu l´átigo y embárcate en esta aventura. ¿Serás capaz de seguir los pasos de tu gran hérore hasta el Santo Grial?