Al parecer se trata de un conjunto de edificios cuyo pasado más remoto sirvió como pequeño acuartelamiento, y posteriormente serviría tras una importante obra de adaptación como asilo de ancianos, un geriátrico donde poder descansar aquellas personas que ya estaban en su plenitud, y lo único que buscaban era la quietud de un sitio alejado del mundanal ruido, donde pasar en compañía de sus semejantes los últimos momentos de sus vidas.
Éste complejo se divide en varios edificios: el principal, donde estarían las habitaciones y el comedor, así como la sala de esparcimiento. Un anexo mayor donde serviría como lugar para realizar acciones ambulatorias y como morgue provisional. Por último, un pequeño habitáculo, que en teoría sirvió como “cuarto de celadores”, un lugar donde se quedaban aquellas personas encargadas de la vigilancia nocturna.
Lo interesante del edificio, en base a lo descrito en la introducción y en este punto es la actividad que tenía, y su relación con la sensación de tristeza que desprende ese lugar. Posiblemente, un lugar destinado a ver cómo sus moradores dejaban este mundo, uno tras otro, además con la tristeza de verse recluidos en un espacio limitado (a pesar de los cuidados y de las actividades lúdicas que se pudieran celebrar).