Los Cerros de Santa Brígida, de Los Lirios, de Los Zorros, de La Cueva de La Pastora, forman parte de las alturas y extensos terrenos del Aljarafe, que los árabes llamaron Scharafaf, cuyo significado es el de la loma o colina, terreno feraz, donde, según el historiador Fernández Casanova, se libró en el año 890 la gran batalla en que Mahomet quedó, después de vencido, prisionero de su hermano Abdel-Rahemam.
El historiador señor Candau nos dice en su libro ¨ Prehistoria de la provincia de Sevilla ¨ que tales caracteres ofrecen algunas de las alturas que se elevan por aquellos sitios, que no seria aventurado afirmar, que si no todas ellas, la mayoría guardan en su interior monumentos sepulcrales análogos al túmulo de la Pastora.
Ocupa la Cueva de la Pastora – continua el dicho autor – una de las luchas colinas que forman parte de la cadena de alturas que limitan al Noroeste, por frente a Sevilla, el valle del Guadalquivir.
Se descubrió en el año 54 ó 55 al cavar la tierra para plantar una viña, en un cerrito al Norte y a un kilómetro de Castilleja de Guzmán, siendo según el autor un túmulo prehistórico, con todos los caracteres propios de esta clase de construcciones y describiéndola, agrega que se trata de un enterramiento suntuoso, a juzgar por la magnitud de los materiales empleados, por la longitud de la galería y por la perfección de la mano de obra.