Durante mucho tiempo, la plaza de Galicia fue el principal acceso a la ciudad e, indiscutiblemente, uno de los sitios preferidos por los viajeros La elección tenía una razón simple: allí se encontraban una gran cantidad de hoteles, cafés y fondas donde podía disfrutarse de la vista y, al mismo tiempo, sentirse bien atendido.
Uno de los mejores monumentos que podían disfrutarse era el Palacio de la Inquisición, levantado en 1730 por el arquitecto Fernando Casas y Nóvoa.
Posteriormente, cuando la Inquisición fue definitivamente abolida, este edificio fue elegido para cumplir otras funciones, entre ellas, escuela de niños y administración de la renta del estado.
En 1913 fue demolido para que se levantara en su lugar el teatro Royalty que, a su vez, fue demolido en 1927 para que allí pudiera construir el actual hotel Compostela.
Un año antes se había construido un impresionante edificio modernista donde sentó sus reales la empresa Castromil, que funcionaba como estación de autobuses. Al demolerse este edificio, en el año 1975, comenzó a planearse la actual plaza.
Actualmente es la sede del Palacio de Justicia, que mezcla dos estilos: el neoclásico y el modernista. Es una obra del arquitecto Palacios. Fue construido a principios del siglo XX. La fachada consta de cinco cuerpos y puede admirarse, además de estatuas, el escudo nacional. Durante un tiempo sirvió como alojamiento de la Audiencia Provincial y los Juzgados hasta que estos fueron trasladados a otros edificios. En la actualidad, es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.