Nos encontraremos con esta singular masa forestal, declarada Monumento Natural en el año 2003. Este bosque de aproximadamente 2,50 ha, está formado por 848 pies de secuoya (Sequoia sempervirens) de origen californiano y 25 pinos (Pinus radiata).
Su singularidad se debe a que conserva gran cantidad de ejemplares de un árbol alóctono, introducido en 1843 en Europa y que, concretamente en Cabezón de la Sal, fue plantado en los años 40 del siglo XX para observar su productividad en la industria maderera, pero fueron otras especies las que fueron más aptas para este aprovechamiento, lo que permitió que la secuoya perviviera hasta la actualidad.
El nombre de este árbol conmemora a Sequoiah, un indio cheroquee educado en Georgia, que entre los siglos XVIII al XIX inventó un alfabeto para el dialecto de su tribu.