No sé cuando llegué exactamente a esta costa y mis recuerdos sobre lo ocurrido se hayan turbados. Recuerdo un fuerte oleaje, recuerdo nuestro navío golpeando en la escollera y a mis hombres cayendo al mar... Pero, ¿cómo he llegado a esta este puente en ruinas? Todo un misterio. Lo único que sé cierto es que en mi bolsillo llevo un mapa del tesoro y ¡que este puente aparece reflejado en él!.
Rodeo el puente hasta localizar una piedra con la inscripción del nombre del mismo. Miro hacia los lados, huerta a mi izquierda y un poblado que me es familiar a mi derecha. Creo que ya he estado antes aquí. Me duele mucho la cabeza pero, poco a poco, mi mente se va despejando y puedo interpretar mi mapa del tesoro con mayor claridad. Desde la inscripción me dirijo hacia el Sudoeste, en busca de una calzada en recuerdo de un gran especialista en plantas medicinales. Paso por delante de una escuela de grumetes, dirigida por el legendario y enigmático Capitán Babú. Mis pasos continúan en dirección hacia el atardecer, hasta un cruce dominado por unos gigantes de luz que lanzan alternativamente luces de diversos colores. Paso entre ellos con mucho cuidado, siguiendo hacia el ocaso del sol. Mientras camino voy recordando más nítidamente lo ocurrido. Caí al mar en el accidente de mi navío, sobreviví fuertemente agarrado a un barril de Grog, mi fiel compañero que nunca me abandona. Pero ahora no debo desviarme de mi búsqueda. A los pocos metros encuentro, a mi derecha, un túnel que me conduce a una plaza, en honor a la patrona de los marineros, me santiguo ante su memoria. La plaza se encuentra atestada de dulces cantinas. Paso entre ellas, mientras el olor a Grog me invade, pero debo contener mis ganas de quedarme aquí, más tarde regresaré a que me sirvan una jarra bien caliente de Grog. Miro con detenimiento la plaza y me dirijo hacia una casa de piratas mensajeros. En su puerta veo una versión tosca del Cuerno de la Abundancia. Desde mi posición, otra calzada sale por la izquierda, me encaro de nuevo hacia ella hasta llegar a la Mansión de la Gobernadora, del color del más puro cielo. Allí un nuevo desvío guía mis pasos en dirección Norte, recorro varios centenares de metros, sin desviar ni un ápice mi rumbo, dejando atrás cantinas y casas de usura, hasta que la calzada por la que discurro se corta bruscamente. Frente a mi, una casa en ruinas muestra recuerdos de una lejana civilización en su fachada. Dos caminos son las opciones que se me presentan ahora, como siempre, escojo el que me acerca hacia el mar. Recorro una antigua calle, en su época repleta de cabañas, hasta que, al final de ella, aparezco frente a una especie de Selva con senderos empedrados. Ahora lo veo todo claro, ya recuerdo dónde enterré mi tesoro. En medio de la Selva diviso una especie de lago, circular, hoy en día abandonado y repleto de vegetación... ¡Es donde oculté mi tesoro! Junto al lago, al sudoeste, un pequeño faro metálico guarda y protege todos mis bienes más preciados. Un tesoro de tal tamaño, no podía quedar desprotegido al alcance de cualquier bribón que pasara por aquí, así que lancé un hechizo sobre el faro, aprendido de una de mis largas estancias en las islas de los Mares del Sur. Aquí guardo anotado como romper su encantamiento:
"Para el faro abrir, con tu LUZ MÁGICA deberás encontrar la G"
Recuerda, en esta aventura de piratas, ¡¡la G marca el tesoro!!
Este caché es un LetterBox, dentro del contenedor encontraras un sello con tinta ¡¡no es un objeto de intercambio!!