Razas de D&D: Hobgoblins. 17N
Suenan los cuernos de guerra, vuelan rocas desde las catapultas y el sonido de miles de botas retumba en la tierra cuando los hobgoblins marchan al combate. En los límites del mundo civilizado, los asentamientos y colonos deben lidiar con estos humanoides agresivos cuya sed de conquista nunca está satisfecha.

Historia
Trasgos belicosos
Los hobgoblins pertenecen a una familia de criaturas denominada trasgos. Suelen gobernar sobre sus primos, los pequeños goblins y los feroces osgos.
Los hobgoblins poseen la piel de un color naranja oscuro o rojizo, y su cabello varía entre el marrón oscuro, casi rojo, y el gris oscuro. Sus ojos amarillos o marrones observan bajo unas cejas pobladas, y sus amplias bocas muestran dientes afilados y amarillentos. Algunos hobgoblins macho tienen una prominente nariz azul o roja, símbolo de virilidad y poder entre los trasgos. Los hobgoblins pueden vivir tanto como los humanos, aunque su amor por la guerra y las batallas hace que esto sea poco probable.
Poder marcial
Los hobgoblins miden su valía mediante la fuerza física y aptitudes marciales, sin preocuparse de nada más que de mostrar su habilidad y astucia en combate. Aquellos que ocupan altos cargos militares alcanzan sus cargos a través de la fuerza y los conservan imponiendo su autoridad mediante medidas draconianas.
Se entrenan para luchar con una gran variedad de equipo y son más que capaces de forjar armas, armaduras, máquinas de asedio y otros artilugios militares. Se trata de seres muy organizados y disciplinados, que se preocupan enormemente por su equipo de campaña y sus posesiones personales. Prefieren los colores vivos asociados con sus tribus y adornan sus uniformes, que en ocasiones son extremadamente elaborados, con ribetes del color de la sangre y cuero teñido de negro.
Legiones militares
Estas criaturas se organizan en hordas tribales denominadas legiones. En su sociedad marcial, cada hobgoblin tiene un rango, desde los líderes poderosos y los campeones hasta los soldados de a pie. Incluso los goblins, que se ven forzados a luchar en primera fila a punta de lanza, forman parte de este organigrama. Cada legión es dirigida por un señor de la guerra con varios capitanes a su mando. Un señor de la guerra hobgoblin es un tirano despiadado más interesado en la estrategia, la victoria, la gloria, la reputación y el dominio que en liderar sus tropas durante el combate.
Aunque son muy leales y disciplinados dentro de sus legiones, estas últimas compiten constantemente con las legiones rivales para ensalzar su reputación y estatus social. Los encuentros entre estas hordas acabarán de forma violenta si no se detiene a las tropas a tiempo, y tan solo los líderes más poderosos pueden obligar a dos legiones a cooperar en el campo de batalla.
Estrategas astutos
Los hobgoblins poseen un pensamiento táctico innato y son muy disciplinados, por lo que son capaces de ejecutar planes de batalla sofisticados bajo la dirección de un estratega. Sin embargo, odian a los elfos y los atacarán antes que a cualquier otro enemigo, incluso si ello desbarata sus cuidados planes.
A veces, las legiones se complementan con tropas sacrificables y de inferior calidad, como goblins, osgos, orcos, humanos malvados, ogros y gigantes.
Domadores de bestias
Estas criaturas tienen una larga historia entrenando animales. Al igual que otras razas más civilizadas, recurren a bueyes y caballos para transportar bienes y equipo militar durante leguas. Se comunican entre ellos usando cuervos entrenados y emplean sanguinarios lobos para vigilar a los prisioneros y proteger sus campamentos. La caballería hobgoblin usa huargos adiestrados como monturas, de forma similar a como los goblins cabalgan en lobo. Algunas tribus doman a simios carnívoros para que combatan por ellos.
Conquistar y controlar
Los hobgoblins ocupan tierras capaces de proveerlos de abundantes recursos, por lo que se los puede hallar en bosques y montañas, cerca de minas y asentamientos de humanoides, y en cualquier lugar donde pueda encontrarse madera, metal o esclavos potenciales. Construyen y conquistan fortalezas en posiciones estratégicas, que después usan como puestos avanzados a partir de los cuales expandir sus territorios.
Los señores de la guerra hobgoblin nunca se cansan de combatir, pero tampoco desenvainan sus armas a la ligera. Antes de atacar, exploran la zona para evaluar los puntos fuertes y débiles de sus enemigos. Cuando asaltan una fortaleza, la rodean primero para evitar que nadie escape o les provea suministros, y después esperan a que sus enemigos mueran de hambre.
Los hobgoblins fortifican sus posiciones, mejorando las defensas existentes con innovaciones propias. Cuando ocupan complejos de cuevas, mazmorras, ruinas o bosques, los protegen con fosos, vallas, puertas, torres de vigilancia, pozos y toscas catapultas o balistas.
Legión de Maglubiyet
Los hobgoblins adoran a Maglubiyet el Poderoso, el gran dios de los trasgos. Aunque su figura resulta aterradora, los hobgoblins no temen a la muerte, pues creen que si caen en combate sus espíritus se unirán a las honorables filas del ejército de Maglubiyet en el plano de Aqueronte.
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