La Construcción de la Carretera y el Túnel de L’Avellà
La construcción de una carretera que facilitara el acceso al santuario de Nuestra Señora de L’Avellà fue un proyecto largamente deseado por la comunidad. Durante muchos años, se debatió sobre la conveniencia y necesidad de mejorar la accesibilidad a este lugar de gran valor religioso y natural, visitado por fieles de Aragón, Cataluña y Valencia.
Los Primeros Intentos de Construcción
En 1933 se construyeron los primeros tres chalets en L’Avellà, propiedad de importantes familias foráneas. Estos propietarios lograron el compromiso de las autoridades para desarrollar una carretera que conectara el pueblo con el manantial, pasando por sus viviendas. El trazado original contemplaba la salida desde el camino del Bosc e incluía la perforación de un túnel, el cual fue excavado a mano por los habitantes de Catí, con la ayuda de barrenos de pólvora.
No fue hasta 1944 que la Diputación Provincial de Castellón, asumiendo la empresa, inició formalmente las obras de la carretera. Se llevó a cabo una explanación amplia que, en junio de 1948, alcanzó la denominada Basseta del barranco del Mas de Blai. Sin embargo, los trabajos avanzaban lentamente y en 1949 la carretera se encontraba en el mismo estado que el año anterior. Se contempló la posibilidad de construir un túnel que conectara la basseta con el santuario, finalizando en la entrada de la alameda, pero este ambicioso proyecto generó incertidumbre sobre su viabilidad.
La Construcción del Túnel y la Conexión Definitiva
El impulso definitivo a la obra llegó gracias a José Ferrandis Salvador, presidente de la Diputación de Castellón entre 1947 y 1955. Tras curarse de una enfermedad de la piel en el balneario de L’Avellà, decidió apoyar la construcción de la carretera y el túnel. La empresa Colomines asumió el proyecto, que pasó por varias modificaciones. Inicialmente, se planificó un túnel más largo con una entrada majestuosa adornada con jardines. Posteriormente, se planteó una salida intermedia en la alameda, pero se descartó por temor a afectar el caudal del manantial. Finalmente, el túnel se construyó en su ubicación actual.
Los trabajadores de Catí fueron los responsables de perforar la montaña casi con sus propias manos, utilizando explosivos y cobrando entre 30 y 40 pesetas por jornada, en una época en la que un pan costaba 12 pesetas. El 12 de enero de 1953 se logró, por primera vez, comunicar las dos vertientes de la Serra de L’Avellà. En agosto de ese mismo año, se realizó la inauguración oficial del túnel y la carretera con una gran celebración en el Prigó de L’Avellà.
Evolución y Modernización
Hasta 1960, el balneario y la fonda de L’Avellà no contaban con suministro eléctrico. Inicialmente, se iluminaban con carburos y candiles, luego con lámparas de petromax, y más tarde con un motor ruidoso que obligaba a los clientes a elegir entre la luz o el silencio. Con el paso del tiempo, las instalaciones se modernizaron y hoy en día ofrecen todas las comodidades necesarias para el disfrute de su entorno natural y espiritual.
En años más recientes, se llevaron a cabo nuevas mejoras en el túnel. El 1 de marzo de 2011 se inauguró la primera fase del encofrado, con la presencia de Carlos Fabra, Francisco Martínez y Manuel Puig, alcalde de Catí, junto a otros representantes municipales. La segunda fase de la obra se completó a finales de 2013, consolidando la infraestructura que hoy permite el acceso cómodo y seguro a este emblemático santuario.
El cache
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