Lamias alrededor Traditional Cache

En lo más cruento del verano, cuando el río apenas lleva agua, dicen que alguna Lamia llega incluso a refrescarse en esa especie de estanques de forma inusualmente perfecta que los humanos llaman piscina.

Cuentan que en Artziniega hay una escurridiza Lamia que se adentra en zona humana cuando cae el atardecer. Más pronto o más tarde, el bullicio de las crías de humano va bajando y esos estanques cuadrados quedan desiertos. En ese momento es cuando la Lamia salta la valla del recinto de forma ágil y consigue llegar hasta el estanque. Una vez allí, refresca sus patas en el agua mientras peina su larga melena rubia sentada en el borde. No es raro oírla entonar alguna de sus baladas ancestrales con voz dulce y melodiosa... Más de un humano que por allí pasaba, ha sentido un irrefrenable deseo de entrar a la piscina para ver de dónde salía esa melodía, pero en el momento que siente las miradas ajenas, la Lamia se sumerge en la piscina y se hace invisible.

Antes de que despunte el día la Lamia ya ha vuelto al río, o a lo que queda de él, pero algo parece que se le quedó en la valla que delimita el recinto. Seguro que ella estaría muy contenta de que lo encontrases.