Aprovechamos para tomar algo de comer, en esta ocasión todos estuvimos de acuerdo. La niebla comienza a colarse poco a poco a través de la ropa y parece humedecernos hasta los huesos, así que lo más sensato parece eso... descansar y recapitular.
Creo que solo nos faltan dos personas por interrogar... si es que a esto que estamos haciendo se le puede llamar así... en mi libreta, frases sueltas e inconexas... en mi cabeza, un montón de suposiciones e hipótesis sobre lo ocurrido. El dueño del bar nos indica cómo llegar a las bodegas, allí Enerieneri pasa horas y horas realizando un estudio sobre la fermentación de la cerveza y es muy probable que podamos encontrarla allí a pesar de que la noche esté comenzando a engullir los pocos rayos de luz que se cuelan entre las nubes.
Las bodegas de Renedo se encuentran ubicadas en el llamado “Castillo”, tal vez, porque la que fuera primera iglesia del pueblo, se erigiese muy cerca con gran majestuosidad. El cerro del “Castillo” ha dado cubículo a las bodegas, donde hasta hoy, las peñas guinderas se cobijan durante las fiestas patronales. El resto del año son utilizadas de forma privada. Tienen más de un siglo de vida bien aprovechado.
Sin embargo, poca gente conocemos que Renedo contó, en tiempos más remotos, con un lagar, origen de otra leyenda que nutre la sabiduría de sus gentes: el lagar de “Matas”. Nos retrotrae a la dominación francesa de principios del siglo XIX, a la Guerra de la Independencia.
Todo el cerro es ahora un bonito parque con curiosas jardineras en forma de barril que nos recuerdan que lo que realmente hay bajo nuestros pies, no es tierra firme.
Una de las puertas de las bodegas está abierta y la luz que se abre paso a través de ella, ilumina gran parte de la calle. La verdad es que entre la niebla y el haz de luz... se nos quitan un poco las ganas de asomarnos a las escaleras que parecen llevar hasta las entrañas de la tierra... pero... allá vamos. Tras cruzar el frío pasillo, damos con la estancia de la que mana la luz, junto a una mesa cubierta por papeles de mil formas y tamaños, encontramos a Enerieneri, sumergida en ese mar de notas.
TESTIMONIO DE LA FRIGORISTA: “A mi no me líen que yo no sé nada... tengo un jaleo aquí que pa´que... hale, hale, no se enrollen. Adiós muy buenas”.
Este caché forma parte de una serie compuesta por 11 cachés a través de los cuales se cuenta la historia de un evento de geocaching. Entre ellos, hay 1 mistery que cuenta la historia completa y 10 minicapítulos basados en los personajes que en ella aparecen.
Estos 10 minicapítulos los forman: 2 misterys, 2 multicachés y 6 tradicionales.
Descubre toda la serie y hazte con todos.
Capítulo I - El músico.
Capítulo II - La Psicóloga.
Capítulo III - La Logopeda.
Capítulo IV - La Recepcionista de Hotel.
Capítulo V - Los Montañeros.
Capítulo VI - El Informático.
Capítulo VII - La Maestra.
Capítulo VIII - El Ingeniero.
Capítulo IX - La Frigorista.
Capítulo X - El Dibujante.
Geocluedo - Noche de Halloween.
¡Suerte y Feliz Geocaching!