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El Polémico Proyecto del 52 Traditional Cache

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Hidden : 5/4/2008
Difficulty:
2 out of 5
Terrain:
1 out of 5

Size: Size:   small (small)

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Geocache Description:


Ya a comienzos de siglo se comienza a desarrollar una intensa política de regulación de las cuencas hidrográficas con el fin de evitar las dañinas crecidas e inundaciones y conseguir un mejor aprovechamiento de las aguas para regadío en los meses de estío. Las primeras noticias en prensa sobre el Pantano del Ebro aparecen en 1913, año en el que la idea es presentada en el Congreso de Riegos que se celebró en Zaragoza.

El Ingeniero D. Manuel Lorenzo Pardo llevaba años acariciando un proyecto para suplementar el caudal del Ebro durante las mermas del estío, almacenando las aguas del río Virga y convirtiendo en un inmenso lago el páramo del mismo nombre. Pero pronto desarrolló una idea mucho más ambiciosa, un pantano que recogiese las aguas del Ebro, el Virga y el Proncio. El proyecto, presentado en 1913 y publicado en 1916, propone un embalse en la cabecera del Ebro de sesenta kilómetros cuadrados.

Con motivo del inicio de las obras de construcción del Embalse del Ebro se retratan, entre otras personalidades: de izquierda a derecha, sentados, el alcalde de Reinosa, D.Arturo Alonso (tercero), el general Saliquet (cuarto) y el autor del proyecto, el ingeniero D. Manuel Lorenzo Pardo (quinto). De pie, D. Adolfo de la Peña (primero) y los directores de La Naval, Sr. Mora (sexto) y de Cenemesa, Sr. Olano (octavo). Año 1928.

 

Cartografía de la situación primitiva

 

Red de drenaje y contorno del embalse

 

El largo debate se prolongó muchos años, siendo uno de los temas más polémicos el de la compensaciones, tanto las correspondientes a las expropiaciones de terrenos e inmuebles para poder llevar a cabo el proyecto, como a las obras que mejorarían la calidad de vida de la zona.

Dos de las más importantes a día de hoy todavía no se han cumplido:

- prolongar la línea del ferrocarril de la Robla hasta Reinosa.
- reposición de las comunicaciones, incluyendo el viaducto entre Arija y La Población (puente Noguerol).

El descontento y la desolación entre las gentes de la comarca crecía a diario. Un buen ejemplo es el artículo titulado "El pantano del Ebro y la tristeza del campo", publicado en la revista Blanco y Negro en su nº. 2150, del 7 de agosto de 1932.

Todas las desesperanzas y sospechas se hicieron ciertas cuando las aguas comenzaron a embalsarse en 1948 para que mas tarde, el 6 de agosto de 1952, el pantano del Ebro fuese inaugurado por El Caudillo D. Francisco Franco. En los periódicos del jueves 7 de agosto se publicaron reportajes gráficos donde aparece Franco con traje de almirante sobre la presa del pantano en la localidad de Arroyo.

Con el embalsado de las aguas alrededor de 60 kilómetros de superficie quedaron inundados por 600 millones de m³ de agua que cubrieron completamente los pueblos de Medianedo, La Magdalena, Quintanilla y Quintanilla de Bustamante y afectaron, en mayor o menor medida, a Las Rozas, Renedo, Villanueva, Llano, Orzales, Arija, Quintanamanil y La Población, un total de unas 400 viviendas. Quedó anegado todo un fondo de valle en cuyo paisaje (según algunos, una "pampa" campurriana) destacaba la presencia de una importante cabaña de ganado vacuno y caballar que, aún hoy, mantiene una simbólica significación en la cultura campurriana. También desaparecieron bajo las aguas algunas de las mejores expectativas económicas del valle, su industria. Se expropiaron 6.200 hectáreas y se perdieron cerca de 3.000 empleos industriales (mil de ellos directos) con el cierre de las fábricas de vidrio y con la restricción de las explotaciones mineras de la cuenca carbonífera y de los aprovechamientos de arenas. A medio plazo, efectos como el paro y su más inmediata consecuencia, el éxodo, afectaron a ayuntamientos ribereños con más dureza que esas nuevas brumas que aparecían por efecto de un cambio microclimático provocado por el pantano.

 

Fábrica de vidrio Santa Clara. Principio de los años 20.


Como contraprestación a tal sacrificio, se ofrecieron unos exiguos tardíos y mal pagados 60 millones de pesetas en indemnizaciones, una importante, aunque coyuntural, oferta de empleo durante el período de ejecución de las obras y, sobre todo, un ambiente lleno de controversias, incertidumbres y retrasos (incluido un paréntesis motivado por la guerra civil) que hicieron inviable una reconversión económica ordenada para el valle. Los pagos de las expropiaciones, que se efectuaron en algunos casos utilizando valoraciones de la época del proyecto, se dilataron hasta finales de los años 50; sobre todo los destinados a las actividades agropecuarias, ya que las empresas industriales supieron negociarlos con anterioridad a la guerra. Por otro lado, las obras posibilitaron, en un primer momento, hacer frente a los graves problemas de empleo existentes en la zona, a pesar de que la construcción del embalse fue interrumpida entre los años 1928 y 1947 por distintos motivos. En definitiva, éste era el triste balance que de las consecuencias locales del pantano se realizaba en los años 60: pérdida de la riqueza agraria e industrial y olvido de las promesas de indemnización, infraestructura de comunicaciones y alternativas económicas a la población.

El impacto de la construcción del embalse del Ebro no se limitó únicamente a los efectos ya comentados. Las aguas no sólo acabaron con pueblos y fábricas, sino que también ocultaron para siempre de la memoria de los campurrianos su anterior historia industrial. En un momento crucial para la economía de la comarca, el pantano apuntaló un auténtico proceso de reconversión industrial que sustituyó un modelo de desarrollo forjado en el siglo pasado por otro que aún hoy persiste.

Por la misma época en la que se recogían opiniones a pie de campo sobre la oportunidad del embalse, se hacía público el proyecto de instalación en las proximidades de Reinosa de una fábrica siderúrgica, la Sociedad Española de Construcción Naval (Actualmente SIDENOR) que a partir de ese momento, habría de convertirse en el motor económico de toda la comarca. El nuevo modelo industrial abanderado por la Naval se va a caracterizar por una fuerte especialización productiva concentrada en solo dos grandes empresas, un alto componente estratégico y una localización centralizada en Reinosa. Es decir, no se explotan recursos locales (excepto el humano) sino que se aprovecha un emplazamiento interior más seguro para la producción de material bélico. Tampoco existe una trama de empresarios campurrianos vinculados a las fábricas, sino que los capitales son foráneos y las decisiones sobre su futuro están muy alejadas de Reinosa. Y no se trata de un número de establecimientos dispersos por toda la comarca sino un complejo situado en la capital, con lo que en su entorno se concentrará la población que abandona los valles aislados y sin industria. Con la llegada de la Naval se ponía término a un grave problema de empleo generado en Campoo desde finales del siglo XIX y también a la incertidumbre sobre las posibilidades de desarrollo de la zona.



Primeros trabajos de construcción de la Sociedad Española de Construcción Naval. Año 1919.

 

En definitiva, el pantano produjo una serie de impactos negativos en la zona afectada derivados de los retrasos en su construcción, la mala gestión de las indemnizaciones y la ausencia de alternativas económicas para la población afectada. Estos perjuicios sólo pudieron ser minorados mediante la oportuna instalación de la Naval en Reinosa, que ofreció una salida a la pérdida de empleo industrial generada por el pantano. Pero, al mismo tiempo, ello supuso una reorganización de las estructuras socioeconómicas de la comarca derivadas de una instalación industrial estratégica, concentrada y centralizada. Características que distaban mucho de parecerse a las de aquel otro modelo con una tradición casi secular de cuyo recuerdo apenas queda hoy una breve referencia en las crónicas a sus molinos o el nombre sin contenido (Santa Clara, Vidrieras) perdido en alguna calle de Reinosa. La memoria y la historia de aquella industria quedó también, en parte, oculta bajo las aguas del pantano del Ebro.

El caché.

En esta ocasión nos desplazaremos a Villanueva, uno de otros tantos pueblos anegados por las aguas allá por el año 1948. Desplazada por el pantano, es una localidad del municipio de Las Rozas de Valdearroyo (Cantabria, España) que actualmente cuenta con una población de 34 habitantes (INE). La localidad se encuentra a 905 metros de altitud sobre el nivel del mar, y a un kilómetro de la capital municipal, Las Rozas.

Villanueva es un pequeño pueblo de caserío disperso, irregularmente repartido por el terreno que queda libre entre la carretera, el ferrocarril Bilbao - La Robla y la orilla del pantano. Desapareció casi por completo bajo las aguas, aunque se llegó a conservar la Torre de la Iglesia de San Roque, que emerge fantasmal y misteriosa, rompiendo la quietud del agua embalsada.

Para acceder al lugar que alberga este caché podrás aparcar en: N 42 58.420 W 4 01.469. Una vez allí dirígete hacia las coordenadas facilitadas.

Se recomienda que hagas uso de la pista facilitada en el Additional Hints.
 

**ATENCIÓN** El caché que en esta ocasión os presentamos está dedicado al intercambio de monedas, ya sean Pathtags, geocoin, de curso legal nacionales, extranjeras, antigüedades etc, cualquier moneda será válida para este caché.

 

Iglesia de San Roque en Villanueva, Las Rozas. Fotografía de comienzos de siglo.

 

Iglesia de San Roque en Villanueva, Las Rozas. En la actualidad.

 

Mucha Suerte y Feliz Geocaching!!

Additional Hints (Decrypt)

Ra fh vagrevbe, yn yhm gr thvneá.

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)