Para acceder al caché se
pueden escoger varios caminos, a cual peor:
La opción elegida ésta
vez es la siguiente:
Salimos desde cerca de la Font
Tallá, hay un lugar para dejar el coche en el punto N
40º 04.713 E 0º 03.017 desde aquí nos dirigimos
hacia la senda que se toma en el punto N 40º 04.746 E 0º
03.103 y que nos llevará hasta un montículo de
piedras muy visible que se encuentra en el punto N 40º 04.898
E 0º 03.821 desde aquí hay muchas posibilidades, bajar
hasta Salando, Benicasim, ir hasta el castillo de Miravet, pero si
nos fijamos en las agujas, veremos que hay una senda que
está marcada con hitos de piedras y marcas amarillas (no
perder las marcas en ningún momento – si es así
se recomienda volver atrás y buscar las marcas). El camino
realmente no tiene pérdida (aunque vamos camino del
Infierno, así que cuidado), pero eso sí, perdidos
vais a estar alguna vez seguro, y además más de uno
dirá aquello de: “esto parece un Infierno” y
efectivamente, así es.
El enclave tiene unas vistas
fabulosas y el entorno es sencillamente sobrecogedor, da igual
hacia donde miremos, cualquiera de las dos vertientes son
espectaculares, aunque el día que subimos nos lo tuvimos que
imaginar un poco por la niebla. A medida que avanzamos, al ir por
las aristas, el tema se complica progresivamente hasta llegar al
borde del Infierno, donde hay que buscar (si ahí hay que
buscar) así que ánimo y mucho cuidado al buscar por
la zona.
En ésta zona la naturaleza ha
sido caprichosa, ya que hay piedras que han tomado formas curiosas
por la erosión.
Desde aquí podemos descender
por dos sitios, bueno, tres. Por donde hemos venido (¿por
ahí dirá alguno? – si por ahí) la bajada
es peor que la subida. Otra alternativa es tomar el paso que hay
hasta el Agullot – cuidado, hay que ir con una persona que
conozca el camino -y desde aquí se desciende. El tercero,
eso lo que estás pensando
…
A continuación paso a relatar un texto
bastante interesante: El barranco de Miravet ha sido en todas las
épocas motivo de evocaciones históricas que, por los
restos de épocas remotas que en él continuamente se
ven y se descubren, junto a su pintoresco y agreste paisaje, han
desbordado la imaginación de las gentes que allí
viven o lo visitan. Don Manuel Peris Fuentes (1857-1932), abogado,
político y erudito de Burriana que fue propietario de la
masía y finca cerca de la Font Tallá en dicho
barranco, publicó unos interesantes artículos en la
"Revista de Castellón" del año 1914 en los que se
propuso estudiar la historia y tradiciones del referido barranco de
Miravet, recogiendo éstas últimas de boca de los
mismos habitantes del territorio. De entre todas seleccionamos la
siguiente:"La montaña de las Agujas de Santa Agueda
debió reputarse como montania sagrada en las primitivas
edades, el tono obscuro de su flora semejante a un rincón de
la Selva Negra, la disposición extrania de sus repliegues,
de sus hondonadas, la originalidad de su contorno destacado sobre
el cielo salpicado de estrellas o iluminado por la luna, y los
rumores que deja oir apenas se agita el viento, la envuelven de
cierto misterio, de algo maravilloso y extraordinario que
había de impresionar hondamente la imaginación de
aquellas gentes. Las Agujas de Santa Agueda, en su cara occidental,
son muy diferentes a la opuesta, que da al mar; en sus
cúspides no se distinguen los cuatro grandes picachos, sino
que afectan la hechura de una crestería peñascosa, de
aristas recortadas, de relieves multiformes. A un lado las junturas
de las rocas, como puestas y ajustadas por artifice
titánico, trazan figuras geométricas, perfectamente
distintas, triángulos, conos, trapecios y hasta
pirámides apoyadas en verde asiento: en otro, un grupo de
piedras semejan monstruos empeñados en incesante y furiosa
lucha, y al lado, sobre una escalera de peldaños colosales,
se dibuja la silueta de un inmenso gigante tendido en lo alto del
monte que le sirve de lecho. ¿ Qué de inaudito
habría de que al cernerse las sombras que siguen al
crepúsculo vespertino, y entonar sus raros cantos las aves
nocturnas, se invocase la protección de las ninfas que
presidían las fuentes y de los númenes que poblaban
los bosques, para que arrullasen el suefio del centauro de las
Agujas? Aunque se tilde de inofensiva invención
poética, es lo cierto, que como dejo de esa tradición
vetusta, todavía se recuerda el culto a la
superstición que rendían algunos crédulos
ancianos en los pueblos de la Plana, señalando en las Agujas
de Santa Agueda el punto de reuniones nocturnas que celebraban las
brujas presididas por un zángano que moraba en sus alturas".
("Miravet". "Revista de Castellón", año III, nº
51, págs. 12.- Castellón 15 de abril de
1914).
El caché tiene una capacidad
de 1 l y parte inicialmente con lo
siguiente:
- Libreta de registro
- Lápiz portaminas
- Muñeco
- Dos cochecitos
- Diploma FTF
* El nombre de Camino del Infierno es
una licencia que me he permitido.
Saludos y buena búsqueda,
y recuerda: "Pon y
hallarás".
Mucho cuidado al
acercarte por el camino del Infierno
…
CobraIII