Skip to content

Puente Barcas Traditional Cache

This cache has been archived.

Salmoon: Hola,

Observo que no has realizado ninguna tarea de mantenimiento sobre tu caché ni demostrado ninguna intención por solucionar el problema para reactivarlo desde que te han avisado otros jugadores con sus logs de DNFs y/o notas de mantenimiento, o lleva demasiado tiempo desactivado sin ponerle remedio. Al no demostrar interés en mantener y reactivar este caché, no puede seguir estando publicado en geocaching.com, ya que esto impediría que no se puedan aprobar futuros cachés de otros miembros que se coloquen en las cercanías de éste. Como sabes, según las normas de geocaching.com, no se pueden esconder cachés a menos de 161 metros de otros cachés publicados en la web. Por esta razón, procedo al archivo definitivo del caché. Recuerda que no podremos sacarlo del archivo en ningún caso.

De todas formas, quiero agradecerte de nuevo tu contribución al geocaching.

Gracias por tu comprensión.

Un saludo,

Salmoon
Volunteer Cache Reviewer [ESP]

More
Hidden : 1/2/2011
Difficulty:
2 out of 5
Terrain:
2.5 out of 5

Size: Size:   small (small)

Join now to view geocache location details. It's free!

Watch

How Geocaching Works

Please note Use of geocaching.com services is subject to the terms and conditions in our disclaimer.

Geocache Description:

Un puente que bien se merece un homenaje, principal vía de acceso a la ciudad de Aranjuez, ha sufrido lo que no está escrito para hoy en día seguir cumpliendo la función para la que fué construido, reinventandose una y otra vez. Aquí os dejo un poco de hitoria sobre él. Disfrutar del paseo.

Para los servicio de los molinos de Don Gonzalo Chacón había un puente con tablones y vigas, que llamaban el puente chico de Tajo.

En donde estuvo este, con corta diferencia, frente de la calle de los Tilos y entre el jardín del Parterre y la entra de la calle de la Reina, se mandó el año de 1656 hacer un puente de veinte y cinco pies de ancho con cuatro barcas y antepechos de madera torneada, y que se deshiciese el que había también de barcas, donde hoy dicen el Verde, quedando este para el tráfico público, dirigiéndose por el camino de Madrid.

Se le hicieron a los extremos fuertes estribos de muralla de cantería; y el Arquitecto y Maestro mayor Don Juan de Villanueva ha reducido á tres las barcas, con barandillas de hierro, y ha dado modo de elevarlas en ocasión de creciente por medio de unos husillos ó palancas en los extremos, con lo cual no es necesario desunirlas, ni impedir el paso de los carruajes, sino cuando es mucha la elevación. El mantener este puente es de gran coste por la continua renovación de las barcas, y así seria muy conveniente un puente sólido de fábrica de cantería; pero aunque tengo entendido se ha pensado en ello, hay el reparo de la elevación, que indispensablemente han de tener los arcos y arquitraves, no siendo muy rebaxados, y estorbarian a la buena vista desde los balcones de palacio de la fachada de oriente, y la extensión de los puertos y vanguardias impedirían la entrada al jardín y al paseo de la calle de la Reina; mas la gran inteligencia é idea del Maestro mayor Don Juan de Villanueva, daria medio de salvar estos inconvenientes, y hacer una obra digna de tal parage.



El antiguo Puente de Barcas, , se coloco en 1656 donde hubo uno rustico que no tenia otro destino que facilitar el paso desde la orilla opuesta a los molinos de don Gonzalo, con motivo de haber mudado la entrada de Madrid, que hasta la fecha fue como hemos visto por el puente de la Isleta.

Este puente, de veinticinco pies de ancho, con fuertes estribos de cantería, se componía de cuatro barcas con antepechos de madera torneada. En esta forma continuo muchos años, deparándole oportunamente, hasta que en el reinado de Carlos III se hizo la notable mejora de reducir a tres las barcas, poniendo barandillas de hierro y con la particularidad de poder elevarlas en caso de pequeñas crecientes; esta ultima obra se llevo a cabo bajo la dirección del célebre Villanueva, arquitecto que ayudó a su hermano don Diego a delinear el Palacio Real de Madrid. Muchos proyectos se pusieron en planta para la construcción de un puente de fábrica; pero era difícil conciliar la solidez con lo rebajados que habían de ser los arcos arquitrabes para que no perjudicasen al ornato y a la buena vista desde los balcones de palacio .


Se conservo este puente hasta 1810 en que le redujeron a cenizas en una de sus retiradas los ingleses, nuestros amigos, aquellos aliados que incendiaban nuestros pueblos y destruían nuestras mejores obras. Un camino de tanta circulación no podía estar mucho tiempo interceptado: provisionalmente se hizo un buen puente flotante para abrir el servicio mientras se construía otro con hitos de madera donde estuvo el de barcas.

Fue concluido con la prontitud que el caso requería; no era una obra que mereciese especial mención; estaba sin embargo regularmente adornado y en cuanto solidez, parecía tener la suficiente por su corta extensión y la docilidad con que por aquí marchan las aguas.
A pesar de esto, las arriadas de 1829 le hicieron resentirse y se volvió a agitar la idea del tiempo de Villanueva, con felices resultados, pues hubo un inteligente ingeniero que se propuso, al construir otro nuevo puente, hermanar lo sólido con lo bello, y lo consiguió por fin, añadiendo un florón más a nuestro querido Sitio.
Se comenzó sin dilación a construir el Puente Colgado y quedo concluido en 1834. Se compone de un solo tramo de ciento diez pies de longitud, que descansa sobre bien labrados estribos de piedra de Colmenar, suspendido además por triples cadenas que cruzando cuatro sólidos machones, vienen a enlazar los extremos en otros pedestales también de piedra. Cuatro estatuas colosales y cuatro primorosos jarrones, hermanos de los del Parterre, con otras tantas farolas y una baranda de hierro muy laboreada, todo perfectamente combinado, forman el adorno de tan pintoresco puente. En el centro de las barandas, en dos tarjetones, se puso en uno de ellos:

EL REY FERNANDO VII DEDICÓ ESTE PUENTE
A SU ESPOSA DOÑA MARIA CRISTINA DE BORBÓN.

AÑO DE MDCCCXXXIV

Nunca elogiaremos lo bastante a su digno ingeniero y director Pedro Miranda por esta obra especial, única de su clases en aquel tiempo, por que si bien existía, otro en Bilbao, parece que solo destinaba al paso de las personas, cuando el nuestro admite toda clase de cargamento. En treinta y cuatro años que cuenta, no hemos conocido hacer en el mas que leves composturas, y poner nuevas las maderas cada doce o catorce años.



Puente actual



IN:

Additional Hints (No hints available.)