
Caché colocado en un bonito rincón de la Casa de Campo, sobre todo en otoño, cuando el suelo está tapizado de amarillos y ocres.
Se trata de un pequeño puente de ladrillo sobre el arroyo Antequina que, aunque está situado cerca de pistas principales, puede pasar inadvertido. No es tan grande ni tan “chulo” como otros puentes que hay en nuestro querido Parque, como el de la Culebra, la Garrapata, el Colorado, etc., pero está bien situado en un agradable entorno, aunque el arroyo ya no lleva tanta agua como antaño y además la vemos con colores cuanto menos “sospechosos”.
¿Su nombre?... ni idea!! ...Por eso le llamo “El Puente Escondido”.
Sobre el caché:
Se trata de un pequeño contenedor cilíndrico que tan solo contiene el libro de registro. Hay que llevar máquina de escribir.