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Embalse del Molinar Traditional Cache

Hidden : 7/5/2012
Difficulty:
1.5 out of 5
Terrain:
1.5 out of 5

Size: Size:   regular (regular)

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Geocache Description:


En 1901, un grupo de vascos se asomó al cañón del río Jucar. Lo que vieron les debió de parecer el Dorado y es que aquí nació la primera central hidroeléctrica de España para dar las primeras luces a grandes ciudades como Madrid o Valencia.

EL CACHÉ

El caché se encuentra junto al Santuario del Cristo de la Vida en Villa de Ves, para mi uno de los lugares más bonitos de la provincia de Albacete. Ante ti tienes el río Jucar y la presa del Molinar, siéntate y déjate envolver por la paz y tranquilidad que trasmite este bello paraje.

El caché es un tuper de tamaño medio con varios objetos para intercambiar, por favor dejar el caché correctamente tapado en el lugar dónde lo encontréis ya que la humedad del entorno podría dañarlo.

Mucha suerte y espero que este lugar mágico os atrape cómo así lo hizo conmigo la primera vez que lo visité.

HISTORIA DEL EMBALSE DEL MOLINAR

En 1901, un grupo de vascos encontraron un pequeño azud, justo donde el Júcar deja el surco que abre en la llanura manchega e inicia un descenso frenético desde los 476 metros sobre el nivel del mar a la sombra del Santuario del Cristo de la Vida, en Villa de Ves, hasta los escasos 52 metros de la presa de Tous, a tan solo 56 kilómetros en línea recta.

Aquel grupo, liderado por Juan de Urrutia, creyó en el potencial del Júcar y adquirió los derechos del pequeño azud que poseía un industrial papelero de Albacete, Enrique Gosálvez. Hacía solo 20 años que había entrado en servicio la primera central hidroeléctrica en Appeltown (Winsconsin) y aquella inversión de Hidroeléctrica Ibérica, transferida después a Hidroeléctrica Española, marcó el inicio de Iberdrola, una empresa «global».

La central de El Molinar, hoy abandonada, se terminó en 1909 con tres grupos y 19 MW de potencia. Cien años después, Iberdrola dispone de una capacidad instalada de cerca de 44.000 MW, opera en 44 países de cuatro continentes, incluidos Gran Bretaña, Estados Unidos o Brasil, donde construye o proyecta 11 nuevas centrales, y es una de las grandes eléctricas del mundo.

Pedro Poveda, ahora jubilado, es ingeniero técnico en centrales hidráulicas y líneas eléctricas. Nació en Jalance y durante más de una década dirigió la central Lucas de Urquijo, en el Cabriel, antes de asumir responsabilidades en la gestión hidroeléctrica del Júcar.

A la pregunta de qué vieron en el Júcar aquellos aventureros que no hubieran visto en ríos más caudalosos como el Ebro o el Tajo, donde Hidroeléctrica consolidó su imperio, Poveda responde: «Aquí había unos rápidos y un par de buenas cerradas donde retener el río y vieron que con apenas cinco kilómetros de túnel y canales se podían conseguir 65 metros de salto. Entonces no había casi financiación y la empresa no construía nuevas centrales hasta que las anteriores comenzaban a dar beneficio»

«Además, había algo que ahora falta: agua. En unos pocos kilómetros había 11 manantiales y aquí se conseguían caudales medios de 27 metros cúbicos por segundo». El río de oro nunca falló. Hasta que llegaron los pozos.

Todavía hoy, el viajero puede asomarse al borde del precipicio y ver el hilo verdeazulado del Júcar, pero descender es otra cosa y bajar al lecho del río equipos y maquinaria una epopeya nunca contada que oscurecería muchas de las que el «National Geographic» ofrece en sus afamados reportajes. Hubo que recurrir a mulos y borricos para explorar ignotas sendas y abrir a pico y pala un camino en la margen derecha antes de iniciar, a golpe de barreno, la excavación de los túneles.

Además de la maquinaria hubo que «importar expertos» en bueyes, un animal poco empleado en el interior de Valencia y Albacete. Largas galeras arrastradas por estos animales bajaron el material pesado mientras unas carretillas sujetadas por cable suministraban los equipos más livianos.

Enrique Cerver, responsable de la central de Millares, asegura que la empresa tenía «en nómina» a tratantes de ganado mientras que Pedro Poveda, cuyo padre trabajo de «listero» en el Molinar desvela que solo los capataces cobraban algo más que los barreneros, piedra angular en la construcción de todas las centrales del Júcar. Los ingenieros se alojaron en las poblaciones cercanas y Urrutia y el resto de accionistas viajaban en tren hasta Almansa donde les recogía una diligencia.

En apenas unos meses desembarcaron en el lugar miles de trabajadores, se construyeron tres poblados y la vida de decenas de familias cambió para siempre de la mano de Hidroeléctrica Española. Algunos de los actuales empleados de Iberdrola son la tercera generación de aquellos que iniciaron la aventura del Molinar.

En 1948, Hidroeléctrica acometió una modificación sustancial de la central de El Molinar construyendo una nueva presa que inundó la anterior y derivando los caudales del Júcar hasta unas turbinas situadas cerca de Cofrentes. En 1952 terminaron las obras y, poco a poco, El Molinar se fue despoblando. Hoy todos los equipos están automatizados y el silencio solo se rompe una o dos veces por semana cuando llega la brigada de mantenimiento o cuando un programa informático decide abrir las compuertas. Las piedras caen por los acantilados y en el estrecho habitan la nutria, las águilas y los murciélagos, a quien también miman los de mantenimiento. Una garduña se cuela a veces en la blindada central aunque la reina, según uno de los mecánicos, es una culebra «grande», el último habitante de El Molinar.

En paralelo al proyecto de El Molinar, Hidroeléctrica Española construyó una línea de 66.000 voltios y 250 kilómetros de longitud que por entonces era la más larga y potente de Europa para abastecer a Madrid. El Molinar fue clave en el abastecimiento de esta ciudad y de Valencia pero en 1950 España comenzó a demandar más energía y se proyectó llevar las aguas del Júcar desde El Molinar hasta Basta, poco antes de que el Cabriel se junte con el Júcar en Cofrentes, con un canal/túnel de 15 kilómetros con el que se consigue un salto de 141 metros, el doble que con el salto original. Los trabajos fueron penosos y el esfuerzo descomunal. «La arcilla de la nueva presa la dejaban caer desde arriba, en el precipicio, y el hormigón del túnel lo secaron con hogueras para llegar a tiempo» asegura Pedro Poveda. El Jefe del Estado, Francisco Franco inauguró la central.

(Diario Levante "Del Jucar a la Selva de Brasil" 14/02/2010)

SANTUARIO DEL CRISTO DE LA VIDA (Siglo XVI)

En su origen fue iglesia parroquial de la villa, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. Es iglesia de nave única construida en estilo gótico, al que pertenecen las bóvedas y los soportes próximos a la cabecera.

En su interior el retablo principal es plateresco. A modo de crucero se abren frente al altar sendas capillas barrocas, entre las que destaca la del lateral de la epístola dedicada al titular, con retablo churrigueresco y cupulada.

Frente al tempo es posible observar todavía algunos lienzos de la muralla del antiguo castillo musulmán.

 

Additional Hints (Decrypt)

N ghf cvrf / Ng lbhe srrg

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)