EL TEMPLO DE MARÍA AUXILIADORA
Es una obra arquitectónica de las más hermosas y esbeltas del famoso arquitecto Luis Moya y forma parte del conjunto de la Universidad Laboral, construida toda ella en los primeros años cincuenta. La Iglesia tiene planta octogonal. Uno de los lados se abre para albergar el altar mayor, en una capilla coronada por otra cúpula independiente de la planta central.
En toda la nave central no existe ni una sola columna, a pesar de sus enormes dimensiones. El resultado es un templo amplio, vistoso y acogedor. El pórtico de entrada es rico y noble, de carácter helenístico: tiene dos alturas de columnas dóricas y jónicas de granito que sostienen una estatua de María Auxiliadora de más de 4 metros de altura, en pose de gran matrona. Es la titular del templo.
EL TECHO Y LA BÓVEDA
El tejado es octogonal, en pizarra negra, rematando en el centro con una linterna de ocho ventanas alargadas que se corona con un cupolino de estilo oriental en forma de cebolla.
El interior del techo es una espectacular y habilidosa bóveda de albañilería. En cada ángulo de la planta octogonal hay una pechina de la que arrancan cuatro nerviaciones que se van entrelazando entre sí y soportándose mutuamente. Todo es en ladrillo cara-vista y embellecidas las esquinas y aristas con panes de oro.
El conjunto resulta grandioso y es una de las maravillas a contemplar en este templo. La linterna arroja su luz cenital que matiza la que entra por el resto de las ventanas.
LAS PINTURAS DE INTERIOR
Dos cuadros de enormes dimensiones cubren los dos muros, rematados en arco, de las puertas de entrada. Son lienzos de José Mª García Fernández CASTILVIEJO, discípulo de SERT.
El cuadro que envuelve la puerta de la entrada principal representa un sueño o visión que tuvo San Juan Bosco en que aparece la nave de la Iglesia atacada por sus enemigos. La barca de la Iglesia no zozobra porque está sólidamente anclada a dos columnas que emergen de un mar agitado: son la Eucaristía “Salus Credentium” (salvación de los que creen) y la Virgen María “Auxilium Christianorum” (Auxiliadora de los cristianos).
El segundo cuadro, situado en el extremo opuesto de la planta octogonal, es una alegoría al trabajo de la humanidad redimida por Cristo, que contribuye a edificar un mundo mejor para todos.
Logra el autor un estilo vigoroso y de gran fuerza, reflejado en cuerpos musculosos y hercúleos que muestran la tensión del esfuerzo que supone el trabajo humano.
EL ALTAR MAYOR, EL CORO, EL ÓRGANO Y LOS RETABLOS
Los muros del altar mayor están pintados en rojo intenso para atraer las miradas de los fieles que entran en el templo. El altar está cobijado por un airoso y a la vez sobrio baldaquino de madera. Al fondo, una peana sostiene la hermosa estatua de María Auxiliadora, titular del templo, quien con su mirada amorosa acoge a toda persona que entra en su Casa.
El coro se alberga, al igual que el altar mayor, fuera de la planta octogonal en el lado opuesto. Hay al fondo otro hermoso mural de Castilviejo que representa a niños y ángeles cantándole a Nuestra Señora.
El órgano eléctrico de tubos se encargó a la Organería Española en 1957 y costó 600.000 pesetas de entonces. Los tubos se hicieron a medida de los espacios del coro donde se iba a colocar.
En los cuadros de los retablos que flanquean el Altar Mayor se narra la vida, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Fuente: www.salesianos-leon.com