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El escondite se encuentra en las inmediaciones de la Ermita de Rabanillo, en las laderas del cerro en la que se sitúa ésta. El lugar es una magnífica zona de esparcimiento, a la que se accede por un camino asfaltado que conduce a la ermita desde Tabanera de Valdavia. Cuando acabe el asfalto, si habéis ido en coche, aparcad.
El cache se encuentra a poco más de 100 metros, junto a la Ermita.
Desde allí tendréis unas bonitas vistas de la Montaña palentina, si echáis la vista atrás.
Como todo lo que tenga que ver con religión, tiene su leyenda, claro:
Se había elegido un lugar llamado El Castellar que está equidistante entre Ayuela de Valdavia y Valderrabano. La obra avanzaba muy lentamente, sobre todo porque las piedras que se colocaban cada día aparecían al día siguiente en otro lugar, precisamente en un término común a los dos pueblos citados y también a Tabanera.
Era conocido el enfrentamiento entre Ayuela, Tabanera y Valderrabano. Por eso creyeron, al principio, que se trataba de alguien de uno de los tres pueblos que por la noche trasladaba las piedras y decidieron poner vigilancia nocturna.
La primera noche se durmieron los vigilantes, por lo que no oyeron ni vieron nada. Al día siguiente habían desaparecido las piedras, que se hallaron en otro lugar. Entonces colocaron los vigilantes en los caminos por donde habrían de pasar los carros en que seguramente alguien trasladaba las piedras. Pero no vieron nada ni a nadie y, así, siguieron construyendo la ermita que seguía viendo desaparecer sus piedras.
Pusieron entonces una cuadrilla de mozos que estuviera en vela toda la noche. En ese tiempo hubo tormentas y lluvias y las noches fueron oscuras en extremo, por eso, no podían ver nada ni oír ningún ruido especial. Cada mañana seguían faltando los materiales y, curiosamente, aparecían siempre en el mismo lugar antes citado.
Por fin, todos terminaron comprendiendo que, en realidad, lo que ocurría era una señal del cielo y que la ermita debía construirse en otro lugar, precisamente en ese lugar común que la virgen había elegido para ser allí honrada.
El lugar donde se terminó, pues, de construir la ermita es una suave colina llamada La Campera, desde donde se domina el bonito valle conocido desde antiguo como Valderrabanillo.
Con esto, no terminaron del todo las disputas entre los tres pueblos y en 1915 tuvo que intervenir el obispo de de León regulando el culto a Nª señora de Rabanillo y declarándole Patrona de los tres pueblos. Una junta formada por los párrocos de Ayuela, Tabanera y Valderrábano decide y establece todos los actos solemnes que se organizan cada año el día de su fiesta. Se celebra precisamente el domingo siguiente a la Natividad de la Virgen, a la vez que otras grandes patronas palentinas: la Virgen de Valle de Saldaña, la Virgen de la Piedad de Herrera y la Virgen del Brezo en Villafría de la Peña.
Esta fiesta tradicional, que tiene lugar cada año, consiste en una romería que, saliendo de cada pueblo, se dirige por tres caminos distintos a la blanca ermita donde todos se reúnen, y tienen lugar los actos religiosos y festivos.
Situada a unos 1500 metros al suroeste de la localidad, sobre un altozano destacado entre los arroyos de Valdesanromán y Bardales. La ermita propiamente dicha es obra se sillería y mampostería, y a ella se adosan una serie de dependencias (salones, servicios y un patio cerrado). El templo, con portada de arco de medio punto en el lado de la Epístola, es de tres naves cubiertas con bóvedas de crucería que descansan en recios pilares poligonales. La parte superior de dos de ellos está decorada a base de collarinos, uno con puntas de diamante y otro con inscripción entre sendos cordones en relieve. El arco toral descansa sobre cimacios decorados con blasones heráldicos rodeados de bordura con doblones estriados y cruces de San Andrés, y en el campo, veneras alargadas y bandas. En la cabecera hay pequeñas ventanas con arcos conopiales y, en el lado del Evangelio, una lápida labrada con idéntico blasón, rodeado por moldura de cordón.
La imagen de la patrona, escultura de la Virgen con el Niño, normalmente custodiada en la iglesia parroquial de Santiago, es una talla románica, quizá de finales del siglo XIII.
El cache es un tupper que contiene, en el momento de colocarlo:
- Log book y lapiz
- sacapuntas
- chapita de Bad Piggies
- Calamardo
- anillo-tuerca
- mini costurero
- mini linterna led (sin pilas botón, no sea que se líe algo con ellas)
- baraja de poker
- ficha de poker
DISFRUTAD DEL LUGAR! En verano se puede comer tranquilamente, en invierno, moriréis de frío...
Additional Hints
(Decrypt)
Qn yn rfcnyqn n yn iragnan