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"El fantasma del río Percy" Traditional Cache

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GeoCrater
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Lamento archivar este caché lamentablemente, ya que el propietario del caché no ha respondido ni ha actuado dentro del marco de tiempo solicitado en la última nota del revisor.

GeoCrater
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Hidden : 12/31/2013
Difficulty:
2 out of 5
Terrain:
1.5 out of 5

Size: Size:   small (small)

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Geocache Description:

Rio Percy

    


Unos pocos conocen una historia tan terrible como la que voy a relatar. Y ninguno de ellos se anima a contarla.

Yo la conocí por un vecino que tuvo un accidente con su auto. Un accidente menor, pero que le sirvió para ser el espectador de uno de los hechos sobrenaturales más terroríficos que ocurren en las noches de luna llena en el puente del río Percy, camino al lago Futalaufquen.

Mi vecino cruzó el puente con su auto cerca de la medianoche, en el verano del 2000. Iba a un camping del Parque Nacional, donde lo esperaban familiares y amigos. Era un viernes. El hombre tenía un comercio en Esquel y todos los veranos se reunía con su familia en un camping los fines de semana, hasta que a fines de enero se tomaba las vacaciones y compartía con ellos quince días de aire puro, sol y agua.

Ese viernes se disponía a instalarse junto a su esposa y sus hijos para disfrutar de un merecido descanso, cuando al llegar a una de las curvas, la más alta, desde la que se puede ver el amplio valle y el curso del río, se reventó una de las cubiertas de su auto. El pobre hombre casi pierde el control del vehículo y se desbarranca, pero afortunadamente sólo fue un susto. Cuando se tranquilizó, bajó del auto para cambiar la rueda, pero antes se paró junto al borde del precipicio imaginando lo que por suerte no ocurrió, porque si hubiera caído al vacío, se hubiera matado.

Mientras estaba cambiando la rueda, creyó oír gritos desesperados provenientes del valle. Dejó su tarea y entrecerró los ojos para ver mejor desde el borde del precipicio, pero no observó nada en particular, aunque la luz de la luna llena iluminaba el valle completo. “Debió ser mi imaginación”, se dijo mi vecino y continuó arreglando el auto. Pero los gritos se transformaron en alaridos y esta vez no le quedaron dudas. No era su imaginación. Los gritos desesperados eran reales. Volvió a observar en dirección al valle y su respiración se detuvo un instante cuando vio que desde la luna llena, bajaba un potente rayo de luz directamente al puente del río Percy, iluminando la figura de un hombre que agitaba sus brazos con violencia.

Parecía que el rayo de luna lo levantaba en el aire. Los alaridos retumbaban en todo el valle provocando en mi vecino un terror paralizante. El sujeto del puente se elevaba cada vez más hasta que el rayo se apagó. Entonces escuchó el lamento de ese sujeto que caía al río y el ruido que hizo al impactar contra el agua y las piedras, que fue ensordecedor, porque parecía que no era un hombre el que impactaba sobre ellas, sino una roca.

Un llanto de bebé comenzó a escucharse desde algún lugar. Luego se produjo un silencio mortal. El pobre comerciante, temblando de pánico, terminó de cambiar la rueda y huyó del sitio velozmente. Cuando llegó a la entrada del Parque, golpeó a la puerta de uno de los guardaparques, a quien le contó lo sucedido. El hombre, en lugar de sorprenderse, sólo le comentó que no se preocupara, que se trataba del “fantasma del río Percy”, pero que no podía darle más detalles porque nadie se animaba a contar la historia.

Yo la conozco. Yo conozco la historia del fantasma. Después de muchas averiguaciones logré que me la relatara el último testigo que vivió en carne propia los desgraciados hechos que convirtieron a James Arthur Person en el fantasma más desgraciado del Valle 16 de Octubre.

 Cuando llegó a la Patagonia, James Arthur Person creyó que la leyenda de Butch Cassidy y sus cómplices, sería un cuento de niños al lado de los robos que él podría cometer. Al igual que esos bandidos, Person venía escapando de la justicia de su país, Inglaterra.

Inmediatamente comenzó su carrera de robos en la provincia de Río Negro y desde allí fue bajando hasta la del Chubut.

Person era un hombre desalmado. No tenía consideración con nadie. Y robaba tanto a los grandes comerciantes o hacendados, como al más humilde trabajador. Con sus víctimas, era muy cruel y en la mayoría de los casos, las asesinaba.

Era tan malvado, que hasta los delincuentes más inhumanos rechazaban unirse a él, por lo que andaba solo por ciudades y montañas cometiendo sus crímenes. El sólo mencionar su nombre, hacía que todos los pobladores comenzaran a temblar, y las autoridades no podían capturarlo, porque según se contaba, Person tenía un pacto con el Diablo. Algunos aseguraban que era capaz de esquivar las balas. Otros, que había sido baleado muchas veces, pero que los proyectiles no le hacían nada y que con su caballo volaba por los aires. No sólo los pobladores creían esos dichos. Parecía que el mismo Person estaba convencido de ello, porque no dudaba en enfrentar a cualquiera que intentara balearse con él, escapando luego riendo a carcajadas…

Lo real era que este delincuente sembraba terror por donde pasaba y fue necesario que las autoridades policiales de la provincia crearan un cuerpo especial de policías para capturarlo.

Cuatro hombres fueron elegidos entre los más valientes, fuertes y astutos. Esos cuatro hombres se destacaban por su heroísmo e inteligencia. Durante varias semanas se entrenaron especialmente para que Person no los sorprendiera con alguna de sus tretas, ya que el forajido era muy hábil en sus huidas, y no había obstáculos que le impidieran escapar de sus perseguidores.

Estos hombres no creían en el cuento de que Person tuviera un pacto con el Diablo. Estaban seguros de capturarlo en cuanto lo tuvieran a mano y sin dudarlo, se dirigieron a Esquel donde decían que estaba escondido. Más precisamente, en un cañadón cercano al puente del río Percy.

Durante varias noches, los hombres se apostaron en las cercanías del puente para aprehender al asesino. Pacientemente esperaron a pesar del frío. A pesar de la oscuridad. Una luna llena apareció imponente detrás del cerro Nahuelpán la última noche. Su luz comenzó a iluminar la vasta zona facilitando así el trabajo de observación de los policías, que presentían que ésa sería la última en esperar al delincuente. Y en efecto, uno de los guardias hizo señas con su linterna a sus compañeros de que se aproximaba un jinete. La forma endemoniada de cabalgar era característica de Person.

Los policías se prepararon para la emboscada. El jinete se aproximaba a gran velocidad, iluminado por la luz de la luna.

Al llegar al puente, Person se detuvo bruscamente. Miró a su alrededor como si supiera que lo estaban observando. Bajó de su caballo y cuando estaba a punto de desenfundar su rifle, escuchó la voz del jefe del grupo que le ordenaba rendirse. El bandido desenfundó igual su arma y escondiéndose detrás de una gran roca, junto al animal, les dijo que nunca se iba a rendir y que si intentaban algo, antes asesinaría al niño que llevaba de rehén.

Los policías dijeron no creerle, por lo que Person se acercó con cautela a su caballo y desató un pequeño bulto. Un niño comenzó a llorar desesperadamente. El delincuente dejó a un lado el rifle y en su lugar tomó uno de sus revólveres, con el que apuntó a la cabeza del niño. Los policías le ordenaron otra vez entregarse, y aunque Person sabía que estaba rodeado, no estaba dispuesto a ello. “Sé que me ahorcarán si me entrego”, les gritó. El jefe de los policías le respondió que de todas maneras moriría. Person disparó su arma hacia donde venía la voz, pero no sabía con exactitud dónde estaban los policías. Empezó a desesperarse y a amenazar con matar al niño si no se retiraban, pero el jefe le aseguró que de allí se irían con él, vivo o muerto.

“No me importan sus amenazas”, dijo Person enloquecido de furia. “Soy invencible, soy inmortal”, gritaba mientras su arma se apoyaba amenazante en la cabeza del niño que continuaba llorando desconsolado. Cuando el policía le dijo que era el último aviso para rendirse, Person anunció que dispararía su revólver. Y efectivamente, estaba decidido a hacerlo. La luna iluminaba ahora con más fuerza, y el bandido se dio cuenta entonces que ella había sido la entregadora. No tenía dónde huir sin ser visto. Como si fuera un reflector gigante, la luna alumbraba todo el lugar y Person la odió más que a cualquier cosa en el mundo. La furia que sintió entonces hacia ella, hizo que disparara su revólver al aire, en un intento inútil por apagarla.

Fue entonces cuando para sorpresa de todos, la luna dejó caer un rayo potente sobre el criminal, quien perdió el equilibrio y cayó al suelo. La criatura rodó a unos centímetros de él y no lloró más.

El rayo de luna seguía iluminando el cuerpo del delincuente que continuó disparando al aire, en un intento desesperado por matar esa fuente de luz que lo enceguecía.

Ante el asombro de los policías, Person comenzó a ser elevado por el rayo de luna a decenas de metros del puente. Gritaba con furia y retorcía su cuerpo como queriendo desprenderse de ese haz de luz que lo sujetaba. Cuando estuvo a más de cien metros de altura, el rayo de luz se cortó y el bandido cayó en el río Percy, siendo arrastrado por las aguas.

Los policías bajaron de inmediato para recoger al niño, pero cuando llegaron al lugar, lo único que hallaron fue un bulto con dinero que había robado horas atrás el delincuente. Los cuatro policías no comprendieron entonces de dónde había venido el llanto de la criatura.

De nada sirvieron los trabajos de las patrullas que durante varias semanas buscaron el cuerpo sin vida de Person. Nunca más apareció.

La historia del bandido fue tan cruel, que nadie quiso recordarla. Y la forma en que terminó su carrera criminal, fue tan sorprendente, que nadie la creyó.

“Yo escuché el llanto del niño”, me dijo varias veces el anciano que me contó la historia. “Mis hombres y yo lo escuchamos, señor, lo puedo jurar. Nunca pudimos averiguar a quién le había robado esa noche. Si el niño existió o fue un truco del Diablo. Pero yo escuché y vi todo, tal como lo cuento”, aseguró el viejo jefe de los policías hasta el final de sus días.

Dicen que en las noches de luna llena, cerca de la medianoche, si uno se detiene en las cercanías del puente del río Percy, puede ver cómo la luna baja un rayo de luz para vengarse una y otra vez de ese delincuente que intentó asesinarla. Que el ruido que hace al caer es el ruido de su duro corazón. Y el llanto del bebé… En fin, eso es inexplicable…


El fantasma del río Percy.
Por Ariel Puyelli.

Additional Hints (Decrypt)

nathyb gebapb gvreen..

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)