Por toda la geografía gallega hay viejos molinos abandonados, aunque unos mejor conservados que otros. De éste en concreto poco queda, pero su ubicación ofrece un paseo agradable y fresco para los días de excesivo calor.
Muy cerca de las playas de Nerga, Viñó y Barra, así que de paso que os vais a dar un chapuzón, podéis haceros con los cachés que hay por la zona.