Desviándonos desde la carretera N-521 hacia Arroyo de la Luz por la EX-207, y después de cruzar la línea de ferrocarril Madrid-Lisboa, se encuentra a la derecha sobre el arroyo Casillas un pequeño puente que pasa desapercibido a los ojos, pero que guarda la peculiaridad de hallarse sobre el trazado de una calzada romana, la que iba dirección Portugal y atravesaba el Tajo por el famoso Puente de Alcántara; así mismo, es este el paso que el Cordel de Arroyo aprovecha para salvar las aguas del Casillas, regato de claro régimen estacional, pero que en otoño e invierno lleva suficiente caudal como para que antiguamente se plantease la necesidad de levantar un puente en este lugar.
Arquitectónicamente la construcción es poco destacable, y aunque es muy posible que tenga trazas de época romana, tampoco nos atrevemos a asegurar rotundamente que sea de tal periodo y no de otros posteriores. Se levantó con sillares de granito, que conforman una obra de considerable longitud para estar sobre un arroyo; pasa sostener la explanación se combinaron los arcos de medio punto con estructuras adinteladas. El petril del puente es bajo y está levantado igualmente con sillares graníticos aplanados. El firme está formado por lanchas de granito y cantos rodados.
El cache es un bote grande que se encuentra en las inmediaciones repleto de regalitos.