
La Cruz de Kurutziaga data de finales del siglo XV o principios del XVI y está realizado en piedra arenisca. Llama la atención sus dimensiones ya que tiene una altura de 4,30 m. Se ubicaba en la salida oeste de la villa, junto al camino a Guipúzcoa, habiendo sido retirada para ser expuesta en la remozada ermita de la Vera Cruz, a escasos metros de la ubicación original de la cruz de término, reconvirtiendo este templo en el Museo Kurutzesantu y permitiendo, a la vez una mejor conservación de monumento y una visión muy favorable del mismo. Hoy en día solo queda la carpa que la protegía.
La Cruz de Kurutziaga ha sufrido las vicisitudes de la historia, en 1937 fue testigo del bombardeo de Durango, el cual causó su traslado a Bilbao, y en 1980 fue objeto de un atentado terrorista, la colocación de una bomba, que causó grandes daños al monumento.
Delante de donde se ubicaba la cruz se encuentra la Iglesia de los Jesuitas. Destruido su interior en el bombardeo de 1937, fue reformado tras los daños sufridos durante la Guerra Civil. El diseño del edificio neomedieval, es un conjunto que engloba la iglesia, la residencia y la institución de enseñanza. Un espacio en el que la torre y aguja del templo ejercen como eje de una composición simétrica.

Tambien se encuentra la Fuente Monumental de Kurutziaga. Fue construida con motivo de la traida de aguas de 1862 bajo diseño del arquitecto durangués Pedro Jose de Astarbe. En este lugar durante siglos perduró una plaza irregular donde se celebraban las ferias de ganado así como las novilladas en los festejos tradicionales de la Villa.