Las plazas de San Francisco.
La plaza de los Carros, la plaza de San Andrés, la plaza del Humilladero, la plaza Puerta de Moros y la plaza de la Cebada.
La Carrera de San Francisco es uno de los principales ejes viarios de La Latina, un barrio sin entidad administativa que toma su nombre del hospital fundado en 1499 por Beatriz Galindo la Latina.
Esta calle se fue configurando a lo largo de los siglos XVI y XVII alrededor del antiguo camino que conducía al convento medieval de San Francisco, surgido en el año 1217. Del primitivo edificio de esta institución religiosa no se conserva prácticamente ningún resto, ya que fue demolido en 1760 y sustituido por un nuevo complejo conventual, de mayores dimensiones, cuyo elemento arquitectónico más sobresaliente es, sin duda, la Real Basílica de San Francisco el Grande, de estilo neoclásico.
La Carrera de San Francisco sigue la dirección nordeste-suroeste. Arranca en la plaza de la Puerta de Moros, un ensanche de la propia calle donde confluyen otras tres plazas, la de los Carros, la de San Andrés y la del Humilladero. Todas ellas forman un único espacio, peatonalizado en su mayor parte, cuya continuidad queda únicamente rota por la presencia de una pequeña manzana de edificios, que aparece en la parte central.
En este recinto se encontraba la Puerta de Moros, una de las entradas de la desaparecida muralla medieval, a través de la cual se accedía al Barrio de la Morería, del que toma su nombre. Alrededor de la puerta se desarrollaba una intensa actividad comercial, ya que comunicaba con la plaza de la Cebada (extramuros), lugar de celebración de diferentes mercados de productos alimenticios, con la de los Carros (intramuros), donde paraban los carros que transportaban las mercancías y punto de partida de muchas diligencias que marchaban hacia otros lugares del estado.
En la plaza de los Carros se halla la Capilla de San Isidro (1642–1669), una de las tres construcciones que integran el complejo parroquial de San Andrés, de estilo barroco.
Otro de los atractivos turísticos de la plaza de los Carros es el mural pintado en las paredes de uno de los edificios que conforman su contorno, en el que, a modo de trampantojo, se simula una fachada.
El Palacio de los condes de Paredes de Nava o Casa de San Isidro, que sirve de sede del Museo de los Orígenes, está enclavado en la contigua plaza de San Andrés. Fue edificado en la primera mitad del siglo XVI y rehabilitado en 1974, dado su estado de deterioro. En 1984 fue objeto de una nueva reforma, para transformarlo en un museo sobre la prehistoria e historia de la ciudad. Según la tradición, en su solar estuvo la casa donde vivió san Isidro, así como el pozo donde tuvo lugar uno de los milagros atribuidos al santo. Éste puede contemplarse en una de las dependencias.
Por su parte, la plaza del Humilladero toma su denominación de la costumbre de humillarse delante de la imagen religiosa que estuvo allí instalada, siguiendo la costumbre española de situar cruces u otro tipo de símbolos cristianos en las entradas y salidas de las ciudades. Es de planta rectangular y está delimitada por bloques de viviendas de finales del siglo XIX y principios del XX.
En el entramado viario que se extiende hacia el norte de estas plazas, se conservan distintos vestigios de la muralla cristiana de Madrid, entre los que cabe citar los situados en las calles de los Mancebos y del Almendro.