INDUSTRIA TEXTIL
El sector textil satisface una de las demandas más generalizadas, destinado a producir artículos de primera necesidad. En este sector se fueron produciendo, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, transformaciones fundamentales que afectaron, en primer lugar a las materias primas -consecuencia de las nuevas relaciones comerciales derivadas de los imperios coloniales europeos en América y Asia, capitalizadas principalmente por Inglaterra-, utilizándose masivamente el algodón en sustitución de la lana, abriéndose un nuevo mundo en los artículos y géneros, gracias a la mayor versatilidad del algodón. Posteriormente, ya avanzado el siglo XVIII, los cambios se centraron en la tecnología y en los procesos de producción (organización del trabajo y espacios de fabricación), que fueron enlazados e íntimamente relacionados. Las innovaciones que se fueron produciendo perseguían el cómo producir mayor cantidad de tejidos al menor tiempo y con el menor coste y, por tanto, obteniendo más beneficio para los empresarios, sin importar en ese momento, es cierto, las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores.
La producción de textiles engloba dos procesos fundamentales: el hilado y el tejido. Dos procesos que se vieron afectados mutuamente con las innovaciones que se fueron ideando en una y otra fase. El primer artilugio que se inventó, la 'lanzadora volante', patentado por el británico John Kay, fue toda una transformación en los telares de los tejedores, dando inicio a un vertiginoso proceso de inventos en el hilado al objeto de satisfacer una creciente demanda de hilos para abastecer a unos telares que tejían piezas más grande y cada vez más rápidamente. Para algunos historioadores, estas innovaciones, obra de artesanos y pequeños emprendedores, fue la clave de la revolución industrial.
Lanzadora volante, de John Kay:
Fue inventada por John Kay en 1733. Al principio el hilo se enrollaba en una lanzadera que los tejedores tenían que pasar con sumo esfuerzo entre los hilos de la urdimbre con un mecanismo de cuerdas que el tejedor podía accionar con una sola mano, Kay aumentó la eficacia del telar con la invención de la lanzadera volante, provista de cuatro rodillos que se movía por medio de dos raquetas de madera y de un cordel que el tejedor sostenía en su mano, esto posibilitó la fabricación de tejidos más anchos que antes en el campo de acción del brazo humano. La lanzadera volante permitía que la labor de tejido, en la que intervenían dos trabajadores, fuera realizada por un solo trabajador. John Kay se vio obligado a exiliarse a Francia, porque los trabajadores de la industria textil británica querían matarle.
La necesidad de hilar más cantidad de bovinas de hilo en menor tiempo, llevo a idear nuevos artilugios que superaran la tradicional forma de hilar por medio del huso y la rueca, que los hilanderos realizaban en sus casas, por medio del trabajo doméstico, que complementaba con la actividad agrícola que seguían realizando. El objetivo era conseguir hilar cuantas más bovinas mejor, gracias a una fuerza motriz que superara la capacidad de los brazos humanos, primero por medio de la corriente de agua y, posteriormente, la máquina de vapor. Estos nuevos inventos llevaron a cambios sustanciales en la forma de producir, conduciendo a los hilanderos a las nuevas factorías o fábricas, que las nuevas máquinas obligaban a fundar, tanto por el uso de las nuevas energías como por el tamaño y coste de las mismas, que ni podían acometer los trabajadores ni cabían en sus talleres dométicos. Esto provocó una importante pérdida del nivel y calidad de vida de los hilanderos, que se vieron empujados a desplazarse a las nuevas ciudades industriales en donde los empresarios textiles situaban sus nuevas factorías. Unos cambios que no estuvieron exentos de conflictos, origen de las protestas obreras, fruto de unos hilanderos que veían en estos nuevos artilugios la causa de su empobrecimiento, naciendo lo que vino a denominarse movimiento 'luddita' o mecanoclasta.
Una vez realizados los avances en el hilado, fue en el tejido en el sector en el que se produjeron las innovaciones y los inventos, empujado por la rapidez y bajos costes con el que se producía hilo. Los empresarios buscaban reducir ahora el coste del trabajo de los tejedores, que eran los más cualificados y los mejor pagados. Este proceso desembocaría en la creación de nuevas máquinas que pudieran tejer movidas por la nueva máquina de vapor y, en consecuencia, acabando con el trabajo de los tejedores en sus talleres domésticos y desplazándolos, como a los hilanderos, a las fábricas de las nacientes ciudades industriales, hasta hacerles desaparecer sustituidos por las nuevas máquinas. Se había producido lo que ha venido a denominarse una verdadera revolución industrial, que afectaba a la forma de organizar el trabajo y a la sociedad en su conjunto, con los nuevos trasvases de población a la ciudad y el surgimiento de la que se llamaría la clase obrera o proletaria. Los protagonistas de esta historia fueron aquellos inventores, artesanos y comerciantes de clase media ,que idearon artilugios mecánicos con los que mejorar la producción de paños, que venían realizándose, hasta entonces, de la misma manera que hacía siglos, revolucionando no sólo la tecnología y la forma de producir, sino la realidad económica y social del mundo, dando nacimiento a una nueva era.
Cache casero magnético. Traed máquina de escribir.
|